Editorial. Caldo de cultivo. Rufián, 10 años

El mes de noviembre del año 2010 publicamos nuestro primer número. Se tituló “Cómo vivir juntos”, e intentó hacer convivir dos miradas en torno a temas relacionados con los espacios colectivos y los ritmos individuales. El experimento, aunque fallido, fue el puntapié inicial de nuestro proyecto. Han pasado más de 10 años. Hemos publicado 30 números. 31, si contamos este que ahora les presentamos. 

Durante este tiempo hemos pensado junto a un número importante de articulistas, artistas, ilustradorxs y fotógrafxs algunos problemas que hemos definido como una genealogía de la opresión y subordinación, desplegada por el estado y las clases dominantes en contra de las comunidades y los territorios. Esta traza determina la experiencia vital de las personas y las sociedades, quienes a pesar de todo, han sabido resistir, luchar y organizar otras salidas posibles. Imaginar estrategias diferentes a un camino que se veía como una línea recta proyectada forzosamente hacia adelante, como la trampa de la historia. 

Todo esto cambió de manera radical el mes de octubre de 2019. La revuelta y sus múltiples capas de significado, la violencia ejercida por el estado y sus agentes en contra de lo que antes, mucho antes, solíamos llamar “el pueblo”, pusieron de cabeza todo sistema de referencia. El punto cero de nuestro proyecto ya no era aquel lejano número de noviembre de 2010 sino el presente, ahora, octubre, Chile, 2019. Y toda nuestra historia, todos los conflictos que nos propusimos abordar con relativa urgencia parecieron una cuenta regresiva para este nuevo escenario. ¿Cómo podíamos leer, entonces, nuestro recorrido? 

La expresión “caldo de cultivo” define justamente esta situación, pues durante décadas de perfeccionamiento del modelo neoliberal instalado en Chile y en la región, hemos visto cómo se posicionan uno a uno los elementos y factores necesarios para que este modelo se materialice aceleradamente, provocando, como un virus despiadado, consecuencias adversas que atentan contra la vida, la dignidad y la garantía de nuestros derechos. El senso metafórico de la expresión “caldo de cultivo”, no pretende discutir con algunos proyectos editoriales que hablan sobre otros medios líquidos y/o síntomas para pensar la pandemia, sino más bien pretende pensar la profundidad de la crisis en la que hemos estado siempre recluidxs y que hoy se hace cada vez más insostenible. 

Nos lanzamos a la tarea de revisar cada una de nuestras 30 publicaciones, pero desde este presente descentrado. ¿Qué quisimos mostrar entonces? ¿Cuánto de lo que hay en cada número sigue vigente? ¿Qué cosas han provocado una torsión tal que ya no es posible reconocerlas, reconocernos en ellas? No ha sido tarea fácil. La pandemia no sólo puso trabas dramáticas al proceso social que enfrentamos, sino también nos situó en un lugar en que el control policial y su andar criminal ha podido avanzar casi sin resistencia. Casi. 

De ese margen es el que queremos dar cuenta, del presente de nuestra rabia y de nuestros sueños. 30 miradas a un proceso inacabado. Cada uno de los artículos, gráficas, entrevistas y fotografías que aquí presentamos interroga  cada uno de nuestros números. Desde el primero, al último, en orden cronológico de publicación. No se trata de la revisión de un pasado, sino de la actualización de nuestra memoria que es también la memoria de nuestro porvenir. 

Colectivo Rufián, marzo de 2021.  



Algunas definiciones:

1. Es una expresión utilizada para señalar que todos los elementos o factores necesarios para una situación específica, están dados de manera tal que pueden llegar a materializarse de forma inminente un evento o situación de riesgo con algunas consecuencias adversas.

2. Caldo de cultivo también puede entenderse como un término que define el sustento principal de cierta circunstancia, objeto, hecho o suceso.

3. Además, se trata de un medio líquido que favorece la proliferación o multiplicación de todo tipo de organismos. Su objetivo fundamental es el estudio de los microorganismos que causan enfermedades en el ser humano.

4. Líquido específico convenientemente preparado para el desarrollo y estudio de los organismos en laboratorio.

5. Suele utilizarse para aludir a algo malo.

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