Internet y acceso a información, medicamentos y abortos seguros

Entrevista a activista de Women Help Women[1]

El aborto es un tema vital para el feminismo porque las mujeres hemos sido desvalorizadas sistemáticamente desde siempre bajo el sistema patriarcal, y esto se hace evidente en las restricciones que los Estados y las sociedades imponen al control sobre nuestros cuerpos, nuestros derechos sexuales y reproductivos, y los riesgos a los que se someten nuestras vidas y nuestra salud. Y eso sin hablar de lo poco que se valora y reconoce la autonomía, la capacidad y agencia de las mujeres en este tema tan relevante.

¿Cuál es el trabajo que hace Women Help Women por la lucha por la despenalización del aborto?

Women Help Women es una organización sin fines de lucro, que nace el 28 de septiembre de 2014, como un esfuerzo para apoyar el Día Mundial de la Despenalización del Aborto. Tenemos dos líneas de trabajo: un servicio en línea que ayuda a mujeres que están en países donde el aborto es ilegal, para que puedan acceder a medicamentos que les permitan tener un aborto seguro; y el trabajo en colaboración con colectivos feministas locales para mejorar el acceso a la información sobre aborto. WHW está integrada por cerca de 25 activistas: profesionales, médicas e investigadoras, capacitadas en salud sexual y reproductiva.

En el mundo hay 215 millones de personas que tienen poco o ningún acceso a la anticoncepción y la educación sexual y reproductiva, y las regiones en las que esto ocurre son también aquellas en las que se criminaliza el aborto.

Cada año se realizan aproximadamente 56 millones de abortos en el mundo, de los cuales aproximadamente 20 millones son ilegales e inseguros. Las restricciones legales sobre el aborto solo tienen un efecto: el sufrimiento físico y psicológico de las mujeres. Estudios recientes estiman que entre un 8 y un 18 por ciento de las muertes maternas en el mundo se deben a un aborto inseguro, y el número de muertes relacionadas con el aborto en 2014 oscilaron entre 22.500 y 44.000.

En América Latina podemos observar que las restricciones legales no reducen la incidencia de abortos, sino que cambian las circunstancias en que se producen; hacen contextos más restrictivos para las mujeres y medicalizan e institucionalizan el proceso que está siendo realizado por las mujeres en sus casas de manera segura, mujeres que se han informado o que están siendo acompañadas por otras mujeres organizadas o feministas que se han capacitado para garantizar un aborto seguro con medicamentos.

¿Qué objetivos persiguen?, ¿cómo trabajan?, ¿qué protocolos de seguridad adoptan?

El trabajo de Women Help Women responde a una necesidad no satisfecha. Hay millones de mujeres que necesitan información, acceso a métodos anticonceptivos y abortos seguros. Hoy en día, mucha gente busca información, servicios y productos en internet, ya que es internacional y no tiene fronteras. A pesar de las diferencias e inequidades, además de la brecha de género que atraviesa su uso, hoy en día aproximadamente el 40 por ciento de la población mundial utiliza internet.

Los servicios de internet pueden ayudar a las mujeres a acceder a medicamentos y productos que de otra manera estarían fuera de su alcance, en particular en los países donde los servicios de salud o las restricciones legales crean barreras para impedir la compra de fármacos que deberían ser de fácil acceso.

En Women Help Women, creemos que es importante que las mujeres estén informadas sobre la forma más segura y eficaz de utilizar anticonceptivos y medicamentos para el aborto, y que tengan la posibilidad de acceder a medicamentos genuinos y de calidad. El acompañamiento feminista y los servicios de telemedicina como WHW contribuyen a que las mujeres eviten prácticas inseguras.

La imposibilidad de acceder a información y métodos de aborto seguros solo limita la capacidad de la mujer de ejercer sus derechos, y aumenta las desigualdades sociales.

Women Help Women ofrece un servicio de información online y una consulta en línea que permite a las mujeres de todo el mundo pedir, a través de internet, los medicamentos llamados Mifepristona y Misoprostol (los fármacos necesarios para abortar que se pueden utilizar en casa hasta las nueve semanas de gestación). También ofrecemos acceso a métodos de anticoncepción de emergencia (píldora del día siguiente), anticonceptivos orales, condones femeninos y otros métodos anticonceptivos y píldoras abortivas.

El servicio de aborto médico está enfocado a países donde las mujeres no tienen acceso a abortos legales y que, por esta razón, tienen su salud y vida en riesgo. Siempre damos información sobre todas las opciones, incluyendo orientación a clínicas y servicios legales donde es posible.

¿Cómo se articulan internacionalmente?, ¿con qué otras organizaciones trabajan?

Women Help Women trabaja con una red de aproximadamente treinta organizaciones de todo el mundo, entre ellas redes internacionales, líneas telefónicas de información para el aborto seguro y otros colectivos feministas de alcance local. Nuestro objetivo común es que más mujeres puedan informarse y tener a su alcance los medios necesarios para abortar de manera segura.

En Chile, formamos parte de la Campaña #Misopatodas y colaboramos con varias organizaciones de todo el país.

Más información sobre nuestras colaboraciones acá

¿Cómo son las mujeres que contactan a WHW? ¿En qué fase del embarazo llegan?

Nosotras recibimos pedidos de mujeres con perfiles muy distintos. Nuestra misión es informar y ayudar a cualquier mujer que nos contacte, independiente de su situación geográfica, social, económica o familiar. En general, igual que en los estudios sobre otros servicios, las mujeres buscan abortar en las primeras semanas del embarazo.

¿En comparación con la experiencia internacional, cómo ves el panorama chileno respecto del aborto?

Chile tiene una de las leyes de aborto más restrictivas del mundo. Pocos países restringen el aborto incluso cuando es necesario para salvaguardar la vida o la salud de la mujer, o cuando el feto es inviable. Este es el caso de Chile. Esto pone a las mujeres chilenas y las extranjeras que viven en este territorio en una situación compleja, pues las obliga a exponerse a procedimientos inseguros, sobre todo por indicaciones que hacen circular las personas que venden el medicamento en el mercado paralelo (ilegal). Además, debido a la restricción del uso del Misoprostol en el sistema hospitalario, las mujeres que viven en el territorio de Chile muchas veces son estafadas en el mercado clandestino cuando intentan acceder a este fármaco, por ello dependen de redes confiables y de organizaciones internacionales que faciliten el acceso a medicamentos seguros y de calidad.

Mantener las restricciones sobre el aborto es una violación de los derechos humanos, la libertad, la dignidad, la integridad y la autonomía de las mujeres.

Muchos especialistas médicos internacionales aconsejan la eliminación de barreras innecesarias al acceso. La resistencia a la eliminación de estas barreras tiene una base política, y no está relacionada con los problemas de seguridad. La Organización Mundial de la Salud afirma la necesidad de las mujeres a acceder a las pastillas abortivas en todo el mundo. Y no solo las instituciones lo aconsejan; la experiencia alrededor del mundo ha demostrado que las mujeres logran abortos seguros compartiendo información y acompañándose entre ellas.

¿Qué opinas del proyecto de ley en Chile? ¿Crees que será aprobado, y te parece relevante si es así?

Al postular solamente tres causales de acceso al aborto legal y en establecimientos hospitalarios, el proyecto de ley que se discute actualmente en Chile es muy limitante, restrictivo y claramente insatisfactorio e insuficiente. Este proyecto de ley no responde a las necesidades reales y circunstancias de vida de las mujeres que quieran abortar. El aborto es un derecho humano y el Estado no debería intervenir ni decidir cuáles son o pueden ser las motivaciones válidas de una mujer para abortar. Al hacerlo, los grupos políticos y el Estado limitan nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestros proyectos de vida.

El acceso a servicios de salud reproductiva, la anticoncepción y el aborto, permite a las personas decidir libremente sobre sus vidas, si quieren o pueden tener hijxs (o más hijxs).

La salud reproductiva es un asunto de salud pública, de justicia social y derechos humanos, y cualquier proyecto de ley que no reconozca el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su vida, independiente de sus motivaciones y circunstancias personales y sociales, es claramente insuficiente.

¿Por qué crees que la lucha por el aborto es tan importante para el feminismo? ¿Crees que al feminismo le corresponde algún rol en particular al respecto?, ¿cuál?

El aborto es un tema vital para el feminismo porque las mujeres hemos sido desvalorizadas sistemáticamente desde siempre bajo el sistema patriarcal, y esto se hace evidente en las restricciones que los Estados y las sociedades imponen al control sobre nuestros cuerpos, nuestros derechos sexuales y reproductivos, y los riesgos a los que se someten nuestras vidas y nuestra salud. Y eso sin hablar de lo poco que se valora y reconoce la autonomía, capacidad y agencia de las mujeres en este tema tan relevante.

No obstante, la lucha feminista del aborto es también un tema importante de derechos humanos, de derecho a la información segura y de derecho al acceso de métodos anticonceptivos y de aborto seguros.

Hay diversos feminismos, todos impulsados en luchar por una mejor vida para las mujeres alrededor del mundo, y en ese impulso la salud y autonomía de las mujeres es de gran importancia. Nosotras nos hemos enfocado en entregar información y ofrecer productos vitales a las mujeres y contribuir a que lleguen a sus manos.

No podemos depender de los gobiernos, de los sistemas públicos de salud, del personal médico o cualquier otro tipo de grupo para luchar por nuestros derechos como mujeres. Todas tenemos que actuar y nuestro compromiso consciente es el de apoyarnos para disminuir el sufrimiento causado por leyes injustas y discriminatorias hacia las mujeres.

[1] Se protege la identidad de la entrevistada

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