Sobre la vida de Juana

* Inés Molina Navea

Juana Calfunao es hija de Ambrosio Calfunao y Mercedes Paillalef. Lonko de la comunidad Juan Paillalef, Comuna de Cunco, IX Región de la Araucanía. Desde los quince años posee la autoridad ancestral para lidiar con las injusticias a las que se enfrentan los Mapuches. Ha dedicado su vida a defender los derechos de su familia, comunidad y pueblo Mapuche.

Apenas comienzo a escribir este texto ya tengo dos problemas y por lo bajo digo dos problemas: el primero de ellos está en cómo introducir la carta que viene a continuación sin caer en mesianismos, sin convertir a su destinaria: una mujer Mapuche (además de Lonko) en una imagen de mártir (o su inverso), algo tan propio de los medios de comunicación que nos han traspasado (y con esto reducido) las formas de las que disponemos para afectarnos entre nosotros. Y es que en este país se manejan muy bien las maneras y los límites en los que debemos sentirnos comprometidos: nos acostumbramos a ver víctimas particulares e injusticias particulares frente a las cuales compadecernos. Lloramos, sufrimos “en carne” el dolor ajeno cuando precisamente lo que está pasando es que dejamos que duela cuando confiamos en que es ajeno (pero de un semejante) y así vamos restringiendo a un cuerpo (o a un grupo, siempre minoritario) a una realidad que está mucho más cerca de la distancia que estamos poniendo. Y es aquí donde aparece mi segundo problema: ¿es el mismo nivel de discriminación el que vive una mujer en general al que vive una mujer Mapuche en particular? Por supuesto que no, no hay espacio para la duda. Entonces, ¿quién soy yo, chilena, desde el abismo de “la clase media” (con el que se nombra indistintamente al que sobrevive con un sueldo de $90.553 mensuales y al que vive con un sueldo «reguleque») para hablar de la vida de una mujer Mapuche? Me he encontrado con un muro y ni siquiera he llegado al final de la página; pero ya dijimos que no se saca mucho en limpio poniéndose en el lugar de la víctima, por lo demás tan cercana a la idea de ser mujer cuando se asume que un sexo debe ir a un determinado género. Mejor recordemos que antes de la víctima va un “la”: siempre es del género gramatical femenino, aunque se refiera a un hombre. No lo olvidemos, porque quizás es nuestra salida para no seguir creyendo en un destino que condena a ciertos cuerpos a vivir atrocidades por su sexo, género y/o etnia; recordemos que nuestras identidades han sido construidas en relación a las designaciones emanadas de una figura. Juana lo dice mejor que yo: “A la vida de nosotros los mapuche no se le da el valor y significado que se le da a la vida de un winka”. Y si Juana para mí no es una víctima, no es porque desconozca los atropellos que vive, sino porque ser mujer y Mapuche no debiera suponer una forma de vida ya determinada. Sigamos buscando formas para que las posibilidades de significarnos nos pertenezcan.

Hace casi un año decidí mandar la carta que viene a continuación como respuesta a la carta abierta de la Lonko Juana Calfunao Paillalef. Hoy he aceptado feliz la invitación de mis amigas a mostrarla en Rufián y a escribir estas líneas para introducirla.

27/05/2013

Estimada Juana,

Mi nombre es Inés Molina Navea. Hace unos momentos leí la carta de Vanessa Rivera de la Fuente, a la que accedí (como me es habitual) por casualidad. La carta estaba en el blog “Mariposas en la Tormenta» junto con muchas otras, incluida una suya dirigida a Sebastián Piñera por la muerte del matrimonio Luchsinger-McKay. Después de leerla, busqué su nombre y leí algunos reportajes; encontré bastantes cosas: los cuatro años que pasó en prisión, su interpelación a Michelle Bachelet, el exilio de su hija Remultray en Suiza, los tres incendios de su casa, el encarcelamiento de su hijo, la muerte de su tío, las golpizas, la persecución política, en fin, leí todo lo que encontré y vi también una foto de su cara con un ojo en tinta por salir a defender su casa cuando la apedrearon. Bueno, eso hice. Y para ser honesta no sé por qué le escribo, pero quiero decirle que lo siento. Lo siento mucho Juana. Siento que tengamos vidas tan distintas viviendo tan cerca; que deba encarnar las injusticias que se comenten en un país que al final no se siente ni suyo ni mío. Siempre de otros. Que se cree un aparataje legal abismante con el único propósito de deshumanizarle, que deba llevar en la espalda una lucha a la que me adhiero completamente porque siento que también es mía, pero que al final por ignorancia, cobardía y sobre todo por comodidad, no cargo de la misma forma.

Pero ahora mientras escribo me siento un poco más valiente y me gustaría proponerte algo. Y es que (no puedo no decirlo) tengo muchas ganas de conocerte. Tengo un pretexto: en unos días más debo presentar una obra para un proyecto: Proyecto Ella. Me pidieron un trabajo que tuviera como tema La mujer; y después de leerte pensé que no debía plantear “la idea” de ser mujer, sino exponer tu relato. Tengo una idea más o menos de cómo hacer esto. Me gustaría que lo intentásemos, sé que no es mucho, en perspectiva es insignificante y la verdad, Juana, es que no tengo grandes posibilidades de hacer algo que pueda serte útil, pero me gustaría escucharte, creo que es indispensable hacerlo si es que queremos algún día llamar a este lugar nuestro.

Te dejo mi correo y mi teléfono. Yo vivo en Valparaíso, pero puedo viajar al sur cuando tú me digas. Ojalá leas esto pronto, pero si lo haces después del 6 de junio (que es el día de la inauguración) y aún quieres conocerme, por favor avísame. Mandé esta carta a todas las personas que salían en el blog: calfunaopaillalef.blogspot.com/ por si alguien puede encontrarte antes que yo.

Muchos saludos.

Inés.

Carta Abierta de Lonko Juana Calfunao al Presidente Chileno Sebastián Piñera

Wallmapu, 5 de enero de 2013

Sr. Presidente;

En mi calidad de autoridad tradicional, quiero expresar mis condolencias a los familiares de Luchsinger Lemp y su esposa Vivian McKay quienes resultaron con serios daños tanto materiales como pérdidas humanas. Dichos hechos ocurridos en Vilcun, que antes de conocerse a sus autores, se lo han atribuido de forma inmediata a los mapuche. Nosotros los mapuche somos los primeros en repudiar la violencia, ya que hemos vivido este trato inhumano por casi 130 años.

Mi comunidad, mi familia y yo personalmente he sufrido numerosos atentados de esa naturaleza; elementos desconocidos quemaron tres veces mi casa; en uno de estos incendios encontramos calcinados los restos de mi tío Basilio Coñonao. Sin embargo, cuando somos los mapuches los afectados, y la injusticia de haber sido objeto de este tipo de violencia, debemos lamentar la insensibilidad de las autoridades y la indolencia de los medios de comunicación. En estos casos, como el mío propio, no existen visitas del Presidente chileno, ni de sus Ministros y Parlamentarios ni se decreta el estado de sitio y mucho menos se les aplica a los autores la ley antiterrorista. No obstante, tenemos que seguir escuchando de las autoridades políticas de Chile que existe “igualdad ante la ley”. Esta falta de igualdad ante hechos tan lamentables como los sucedidos a la familia Luchsinger, una vez más esto nos confirma que los tribunales no son independientes, las autoridades políticas tratan con un racismo judicial marcando una notada deferencia a nuestro pueblo. Como usted, Sr. Piñera, ha podido comprobar, los mapuches no tenemos problemas a la hora de rechazar y condenar estos hechos tan lamentables como es el incendio ocurrido en Vilcun.

Usted debería reflexionar, sobre las torturas que la policía me infligió y que me provocaron un aborto quedando sin condena a los culpables; ¿por qué quedaron impunes los innumerables allanamientos arbitrarios a las casas de nuestras comunidades? ¿El robo de dineros, la incautación de herramientas de trabajo y de aparatos de comunicación que nunca fueron devueltos? Todo ello me hace pensar que la policía no está al servicio de la sociedad y que para nosotros los mapuches no es garantía de seguridad y protección como debería serlo en un estado de derecho y régimen democrático.

Sin embargo, estos hechos han sucedido en un clima de violencia y confrontación de las autoridades políticas chilenas no pueden eludir su responsabilidad debido a la incapacidad política para solucionar el conflicto que se vive en nuestro Wallmapu. No debemos olvidar que los hechos mencionados han ocurrido en el contexto territorial de numerosas comunidades que luchamos por la restitución de nuestras tierras que injustamente nos fueron arrebatadas en el pasado, cuyo problema las autoridades chilenas no dan una solución satisfactoria que reduzca la pobreza que sufrimos los habitantes de dichas comunidades. Del mismo modo, también tenemos que tener en cuenta que los hechos han ocurrido en el quinto aniversario de la muerte de nuestro querido lamngien (hermano) Matías Catrileo, asesinado violentamente por la espalda y cuyos autores disfrutan de la más completa impunidad.

Las movilizaciones de nuestras comunidades mapuches, que van en aumento, se deben a la falta de justicia y al rechazo a cualquier tipo de diálogo productivo sobre la restitución de nuestro territorio. A ello hay que añadir la terrible injusticia que originó la anexión ilegal de nuestra Nación Mapuche a la jurisdicción del estado chileno hace 130 años, lo cual causó el empobrecimiento crónico que venimos sufriendo las comunidades desde entonces. Esta anexión ilegal nos quiso arrebatar nuestra identidad nacional y nos condenó a una vida sin dignidad que nos ha dejado en la total indefensión, criminalización y judicialización de nuestras demandas, por parte del estado chileno.

Nuestras protestas por un tratamiento más justo son criminalizadas, dando lugar a que se cometan las más atroces violaciones a los derechos humanos. Mi propio caso de nuevo sirve para ejemplarizar el trato injusto que sufrimos los mapuche. Por protestar por el no pago de un trazado usurpado por la MOP (ministerio de obras públicas) y Frontel, fui objeto de una implacable persecución política; fui acusada de atentar contra la autoridad y estuve cuatro años encarcelada junto a toda mi familia. Me aplicaron una ley retroactiva al extremo de que mi hija menor tuvo que ser enviada al exilio por la falta de seguridad.

Comparto el dolor de las familias mapuches que nunca encontraron justicia por sus seres queridos asesinados por la policía chilena. A la vida de nosotros los mapuche no se le da el valor y significado que se le da a la vida de un winka (chileno). Una mención especial a mis Hermanos asesinados; Matías Valentín Catrileo Quezada (2008), Julio Alberto Huentecura Llancaleo (2004), Xenón Alfonso Díaz Necul (10-05-2005), José Huenante Huenante (16 años, detenido por la policía y luego desaparecido), Juan Collihuin Catril (Agosto 2006, 71 años), Johnny Cariqueo Yañez (2008), Jaime Facundo Mendoza Collío (julio-agosto 2009), José Marcelo Toro Ñanco, 35 años (noviembre 2009).

Sr. Piñera, el mundo es testigo de las injusticias que su gobierno y el estado chileno cometen y han venido cometiendo durante estos 130 años. Como autoridad de mi pueblo no puedo dejar de mencionar estas injusticias porque yo las he vivido personalmente, y aún las vivo. Como Autoridad Tradicional (Lonko) le exijo que termine con la persecución política y los allanamientos; que se termine con el hostigamiento hacia las comunidades que se encuentran cercadas por la policía, que se tenga consideración con las madres mapuches que sufren la represión cotidiana, con los jóvenes heridos y detenidos y con los niños traumatizados por la violencia policial. Exigimos una solución urgente a la situación de los detenidos que están en huelga de hambre porque no se les respetó el debido proceso. También es inaceptable que nuestros hermanos detenidos mapuche sufran largas medidas cautelares en la cárcel hasta que se compruebe su inocencia, como ha sucedido a miembros de mi grupo familiar y a muchas otras autoridades y miembros de mi pueblo Mapuche, a pesar de lo injusto de sus detenciones, jamás han tenido ni la más mínima reparación o compensación por la desarticulación de la familia, por los daños económicos, físicos y psicológicos.

Como usted ha podido comprobar, los mapuche tenemos razones fundadas para desconfiar de la buena fe de su gobierno y de los anteriores. Mañana 6 de enero, fecha en que los mapuche conmemoramos el establecimiento de la frontera en 1641 y nuestra independencia que el estado chileno optó por ignorar hace 130 años, desde entonces todos los gobiernos han eludido su responsabilidad de tratarnos con igualdad y justicia. Nos sentimos excluidos del derecho y víctimas de una política que nos ha tratado de erradicar como pueblo para asimilarnos y hacernos desaparecer. Este es uno de los principales motivos por los cuales los mapuches no nos sentimos identificados con su país. Sin lugar a duda, es indispensable, Sr. Piñera, tener voluntad política para solucionar el conflicto y conseguir la paz social, que los mapuches tanto deseamos, y que termine de una vez con este clima de militarización de nuestro territorio y enfrentamientos que lamentablemente ya ha costado la vida a demasiadas personas Mapuches y Chilenos.

Atentamente…

Lonko Juana Calfunao Paillalef

Comunidad Juan Paillalef

Sector Curaco Camino Lago Colico

Territorio de la Nación Mapuche

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* Licenciada en Artes de la Universidad de Chile. Trabaja como docente en Cámara Lúcida (Valparaíso) y cursa el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte de la Universidad de Chile. Ha participado en exposiciones colectivas desde el 2011 en Chile, Perú, España, Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra y ha expuesto individualmente en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y en Balmaceda Arte Joven-Valparaíso.

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