
K.B.
Si se siente cansado o con dificultades para dormir, sea por problemas de malos hábitos o de conciencia, una pastilla con estrella verde en su caja y nombre de compuesto terminado en “pan”, “pam”, “lam” o “lan” puede solucionar su problema.
No hay ninguna objeción legal o moral a ellas. Están en casi todos los hogares y son más comunes de lo que usted cree. Les llaman también «relajantes musculares» o «pastillas para dormir». No es droga. No ocupemos esa palabra que encierra lo peor de la sociedad, aquel flagelo contra el que luchamos con tanto ahínco. La droga está en las esquinas de los barrios marginales, es lo que consume otra calaña de personas. No se compara con lo que viene dentro de cajas que me receta un profesional, y me vende una cadena de farmacias que paga sus impuestos y que tiene chocolates en sus góndolas.
No busque soluciones engorrosas o de largo aliento poco estéticas. Unos miligramos pueden darle la tranquilidad, el sueño reparador y la limpieza de conciencia que necesita.
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