Maipú, las otras batallas. Hacia la construcción de la historia popular de la comuna de Maipú

Por Renzo Henríquez Guaico

Era una cálida noche de un viernes 9 de enero del año 2015. Las actrices irrumpen en el escenario y comienzan a dramatizar la historia de los cordones industriales en los espacios de la Biblioteca Popular Rayén, de la comuna de Maipú. Decenas de vecinos del sector están atentos a la función teatral y algunos pocos saben que el primer Cordón Industrial se situó en esta comuna: el llamado Cordón Cerrillos Maipú.

La mayoría de los asistentes a la obra no está enterado de la historia de sus abuelos y vecinos en esta organización de trabajadores que auto gestionaba su producción, muchas veces expulsando a los capitalistas de las industrias. Muchos espectadores nunca han escuchado hablar del Cordón Cerrillos y sus copamientos comunales en los tiempos de la Unidad Popular. Las palabras “poder popular” y “control obrero” tienen poco sentido en el presente neoliberal. No obstante, todos juntos ven la obra, maravillándose con la puesta en escena de las jóvenes actrices; todos juntos se emocionan al ver la función enmarcada en una de las tantas actividades que ha organizado el Centro Cultural Rayén en el marco de su concurso auto gestionado de historia local “Maipú las otras batallas”.

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Presentación de la obra de teatro Cordones Industriales en la Biblioteca Popular Rayén de la comuna de Maipú; comuna donde se constituyó el primer cordón industrial en los tiempos de la Unidad Popular: El Cordón Cerrillos Maipú. Agradecemos a las compañeras de la compañía Tarea Urgente, por su amabilidad y linda disposición al acoger amablemente, en su presentación en la ex industria Sumar, nuestra petición de que presentaran su obra en Maipú.

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Previamente se había impulsado en la comuna un emotivo homenaje al ex profesor y connotado director deportivo maipucino en los años 60, Héctor Saavedra Veloso, y se habían desarrollado unas motivadoras jornadas de investigación histórica a cargo del historiador Sebastián Leiva. Por otro lado, se visitaron los sindicatos industriales de las ex FENSA e INSA llevándoles un collage de imágenes en torno a sus historias sindicales y se visitó la sala de microfilms de la Biblioteca Nacional para analizar prensa local.

En fin, un sin número de actividades enmarcadas en los anhelos de motivar a escribir la historia de los trabajadores de la comuna de Maipú, “superando las anécdotas” y profundizando en la vida de la clases populares de la comuna.

¿Por qué esta invitación abierta a la comunidad para escribir la historia de Maipú? ¿Por qué desde el punto de vista de las clase popular local? ¿Por qué no seguir recordando a los “héroes nacionales”: O´Higgins, San Martín y Bueras, que la historia oficial gusta tanto recordar en las salas de clases de las escuelas chilenas? ¿Qué significa “superar la anécdota”? ¿Por qué el nombre del concurso se llama “Maipú las otras batallas”?

Pues bien, algunas de estas preguntas esperamos responderlas en este pequeño artículo.

Fundamentos del concurso de historias locales “Maipú las otras batallas”. La historiografía local, una “posición oficial”, una descripción “desde arriba”[1]

En líneas generales la historiografía comunal ha centrado sus estudios en diversos aspectos de la batalla de Maipú y en algunos liderazgos comunales e institucionales, abundando en sus páginas narraciones condescendientes con algunas elites familiares de la comuna: por un lado, la valoración (entre otras familias) de los Infante, Llona y Ferrada y diversos hacendados y alcaldes de la comuna, y por otro, un énfasis desmedido en la historia militar, describiendo “gestas heroicas” de líderes militares (O´Higgins, San Martín, Bueras, etc.), posiciones bélicas de la batalla de Maipú, etc. Todos estudios, por lo general, desarrollados desde un punto de vista descriptivo, “patrimonial” (en ocasiones, eclesiástico) y en sintonía con las “proezas militares” de los “mitos fundacionales” del país.[2]

La mayoría son estudios locales, como dice el historiador inglés Peter Burke, situados, de uno u otro modo, en el “paradigma tradicional” de la historia, centrada en la política (en relación con el Estado), la iglesia y la guerra, “narrando acontecimientos” (descuidando análisis estructurales), presentando una “vista desde arriba”, basándose en “documentos oficiales” y pretendiendo dar a la historia una connotación “objetiva”.

Como se sabe, algunas de estas características o pilares del “paradigma tradicional” de la historia, que están en sintonía con la historiografía local de Maipú, hace mucho tiempo que están siendo cuestionados por la comunidad académica de historiadores. Ya el historiador inglés citado señalaba hacia 1993 que no sería “disparatado hablar de la crisis del paradigma historiográfico tradicional”.

Al respecto, acá en Chile, el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar ha afirmado: “Ha de tenerse presente que las definiciones neokantianas y positivistas de la Historia y demás Ciencias Sociales hace mucho ya que están colapsadas. Las verdades generales y totales no existen. El trabajo actual del cientista social es operar y desarrollar el conjunto dialéctico de verdades posicionales, sin autohipnotizarse con supuestas verdades absolutas.”[3]

Sin embargo, el mismo Salazar reconoce que esta perspectiva tradicional es “legítima”: “Tanto el conocimiento histórico como cualquier otra forma de conocimiento se construye desde la posición en la que se sitúa… La realidad puede ser “legítimamente” conocida tanto desde la mirada de un aristócrata o de un alto oficial o de un empresario, como desde la mirada de un ser común y corriente o pobre o marginal”.

Lo que se crítica, a nivel local (como se verá más abajo) no es solo que la historiografía comunal se posicione “desde arriba”, sino que, en general, carezca de metodología historiográfica, descuidando la contrastación de fuentes y el uso de citas que sustenten sus posiciones. Incluso, en muchos casos, no existe un abanico de fuentes que permita suponer que la experiencia acontecida corresponda con el relato construido.

En suma, lo que se cuestiona es que si se considera que la historia responde a reglas de una disciplina, caracterizándose, por un lado, por ser sistemática y científica (“o con pretensiones de serlo”) y, por otro, el deber de ser siempre sometida al juicio crítico de una comunidad científica[4], no se observe en la historiografía local muchas de las características mencionadas.

En esta línea, un caso es el libro del historiador Raúl Téllez Yáñez (Historia de Maipú, 1981), el cual evidencia, por ocasiones, un buen trabajo de fuentes escritas[5], sobre todo en relación a la descripción de los primeros propietarios de tierras del poniente de la capital. El resto del libro está centrado en diversas características, antecedentes y consecuencias “patrimoniales” e incluso eclesiásticas de la batalla de Maipú, con algunos pocos cortes temáticos de severas inconsistencias metodológicas, entre otros temas, en la descripción y valoración del devenir de las elites locales: “se fueron los agricultores que ennoblecieron la tierra (…) Nobles alcaldes pasaron por la casa consistorial (…) Se alza la figura de don José Luis Infante (…) ejemplo de amor a su pueblo…” afirma en un momento Téllez.

Al respecto nos inquietamos, no solo porque en muchos casos no hayan fuentes que sustenten su posición condescendiente con la elite local, sino también porque nos preguntamos: ¿tendrán la misma opinión de los latifundistas de Maipú las decenas de familias que sufrieron el más cruel despojo de sus tierras postsindicalización campesina en los periodos de los gobiernos radicales,[6] o los campesinos que aburridos del abuso patronal optaron por tomarse sus predios en los tiempos de la Unidad Popular[7]?; ¿tendrán el mismo sentimiento respecto a José Luis Infante los ex habitantes de la población El Sauce que fueron amenazados de desalojo por parte de este ex alcalde el año 46; o la ordeñadora Margarita Cortés quien junto a su hija fueron despedidas del fundo Maipú (propiedad de José Luis Infante) sin que se les cancelara el mes hacia mediados del año 1940[8]?

Desde “abajo”, desde la superficie popular, o como diría Gabriel Salazar “desde la perspectiva de la mayoría ciudadana”, podríamos seguir enumerando casos respecto a cohechos[9] y abusos al pueblo de Maipú de José Luis Infante y el de otros muchos latifundistas de la comuna[10], pero lo importante es reflexionar: ¿Téllez no sabía de estos casos? ¿Los omitió? Si las ciencias sociales tienen una perspectiva humanista ¿por qué no se puso en posición sensible en relación a las decenas de pobres pasados a llevar por las figuras que enaltece? ¿Por qué no situarse en el “sentido humano de la historia”?

En fin, por qué no ubicarse desde la posición de los “pobres y excluidos”, que, como los caracteriza Gabriel Salazar:

1) “Desde que Chile es Chile han fluctuado entre el 40 y 60 % de la población total, siendo los que necesitan luchar por su integración a la vida moderna, por la equidad distributiva y por una plena participación en las decisiones públicas que les afectan; es decir: necesitan históricamente humanizar la sociedad, profunda e integralmente.”

2) “Sustentan la soberanía y la legitimidad, necesitando, por tanto, históricamente luchar por una democracia real, social y participativa.”

Claramente, la perspectiva de Téllez es tradicional, destacándose también de su texto la inconsistencia histórica e incluso ética en la mención a los militares chilenos y al ex dictador Augusto Pinochet cuando en el sangriento año de 1974 (octubre) se inaugura el Templo Votivo de Maipú:

…el general Pinochet desde la explanada de templo soltaba al espacio una hermosa paloma blanca, signo de fe y patriotismo; desde la plaza cientos de palomas cubrieron el cielo…en las últimas horas de la noche aún desfilaban por nuestras calles, los soldados de hoy, que en medio de aires marciales proclamaban al mundo que el amor a la patria, herencia de sus mayores, está latente en su varoniles corazones (p.132).

Pinochet soltando una “paloma blanca”, los milicos proclamando “el amor a la patria”, y en una realidad paralela miles de chilenos, siguiendo las órdenes del dictador, eran ejecutados y torturados en diferentes centros de exterminio del país. El texto de Téllez es del año 1981, imposible omitir la tragedia que caía en el pueblo chileno hacia esos años. Desde esta perspectiva ¿podemos hablar del “amor a la patria” de los militares chilenos? Es sensible esta historia con los 48 ejecutados políticos y 20 detenidos desaparecidos de la comuna de Maipú?[11]

Al respecto, otro texto de muchos años después, “Ensayos de la historia de Maipú” (1996), asume una perspectiva con la cual compartimos algunos enfoques, sobre todo su inicial y abierta crítica a los “límites de la historia política tradicional”, pero, lamentablemente, en el trascurso del prólogo del texto, que es donde dos connotados maestros de la historia local y nacional (Mario Garcés/Miguel Urrutia), asumen su impronta, su perspectiva historiográfica. Desgraciadamente, creemos, no ponderan en su total dimensión histórica, es decir, en todo su rigor “científico”, no someten a juicio crítico la obra de Telléz, afirmando:

rememorar la historia conocida de Maipú es un ejercicio que se debe iniciar reconociendo la labor sistematizadora y erudita de don Raúl Téllez. A través de su lectura podemos enterarnos de los hechos, que en la pluma del erudito, va conformando un relato épico y casi místico del terruño libertario (p.13)

Luego, se sigue medianamente la lógica tradicional de este autor al presentarnos una apretada síntesis de la historia de Maipú desde el “lonko Millacura” hasta los años 80 y 90 con la llamada “explosión demográfica” local, pasando por la colonización de los españoles a las “tierras del Maipo”, los tiempos de la Independencia (cuando se parcela la Hacienda de Lo Espejo), los inicios de la República y el “actuar institucional”, la fundación del municipio en 1891, el Siglo XX bajo “los liderazgos” de las familias Infantes, Llona, Pérez y Cerda, los años 30 y las obras del aeropuerto, Oleoducto, el mejoramiento de caminos y vías férreas y el parque industrial.

Deteniéndose en los años posteriores a 1930 los autores afirman:

fue creciendo una sociedad local, en principio identificada con sus acentos aristocráticos y provincianos, rasgos sobre los cuales se perfilaría el contraste de los empleados y obreros, que a lo largo de la segunda mitad de este siglo, fueron haciendo de Maipú su lugar permanente de residencia (p.16).

Esta afirmación es correcta en la medida que se considere un análisis tradicional “desde arriba”. Sin embargo, “desde abajo” habría que agregar que hacia mediados de los años 30, también fue creciendo una “sociedad local”, pero identificada con una pionera identidad de clase obrera (no aristocrática), que se evidencia, por ejemplo, en la constitución en Maipú de la sección local de la Liga Nacional de Campesinos Pobres en el año 1935, la primera organización campesina en Chile de carácter nacional[12], que tenía dentro de sus principales líderes, a nivel comunal, a Humberto Valenzuela, ex habitante del sector el Infiernillo de Maipú[13].

Por otro lado, las últimas investigaciones[14] han identificado organizaciones populares activas hacia estos años: los compradores de sitios en el rodado, los areneros, los pobladores y, por sobre todo, los campesinos; estos últimos, en una comuna eminentemente rural, hacia estos años inundaron el territorio local con decenas de pliegos de peticiones y formación de sindicatos en los tiempos de los gobiernos radicales ( 1938-1952), sufriendo (posteriormente a la formación de sus organizaciones) el más cruel despojo y la más fiera revancha patronal en algunos predios, para volver a irrumpir nuevamente en los años 70 con sus tomas de fundos, en ocasiones, en alianza con los obreros industriales. También considerando la historia sindical de estos últimos habría mucho que matizar la afirmación de Garcés y Urrutia en relación al crecimiento de una sociedad local “identificada en principio con sus acentos aristocráticos y provincianos”, pues, todo indica, que los años posteriores a 1930, quizás específicamente hacia fines de los años 40 y 50, comienza a emerger una actividad sindical y de clase (en relación a su sentido de pertenencia, identidad y acción no aristocrática, incluso anticapitalista) de los obreros del sector. [15]¿Dónde está esta historia de los trabajadores organizados de la comuna en este texto?

Qué duda cabe que los avances en la historia local “desde abajo” eran, tal como los son ahora, pocos hacia la fecha de producción del libro en análisis. Sin embargo, ya hacia los años de elaboración del texto impulsado por la CODEDUC y la ONG ECO (1996) los hijos, sobrinos y nietos de obreros tenían dispersas algo de sus memorias entregadas por sus viejos parientes sindicalistas; las familias de las decenas de cooperativas de vivienda de trabajadores que existen en la comuna, tenían vivos sus recuerdos respecto a los orígenes de sus poblaciones. Por otro lado, en algo de la memoria popular y local de la comuna, ya sea para bien o para mal, estaba y están presentes los tiempos de la Unidad Popular y las tomas de fundos e industrias, sobre todo la imagen del Cordón Cerrillos Maipú que hacia esos años impactaba el acontecer comunal y nacional a través de cientos de primeras planas en los diarios de la época.[16]

En los últimos años, la historiografía local ha tenido el aporte de algunos vecinos[17] que desde una perspectiva testimonial han contribuido al estudio del pasado comunal. En líneas generales, estas visiones locales están lejos de centrarse en las clases populares y, como testimonios, adolecen de citas y de contrastación de fuentes, análisis e interpretación historiográfica. No obstante, con mucho esfuerzo de indagación histórica, algunos de sus relatos nos pueden servir para intentar penetrar en la historia la clase obrera local.

Definitivamente, los vecinos escriben en sintonía con la historia tradicional, y su escaso acercamiento a la historia popular es por lo general anecdótico. Un botón de muestra es el texto de Guido Valenzuela (“Brochazos y Pinceladas de un Maipucino antiguo” I y II) quien parte en las primeras páginas de su estudio refiriéndose a los que él denomina “Los tres mosqueteros de Maipú: Infante, Ferrada y Llona[18], afirmando que “un buen modo de comenzar es rememorando a los tres paladines que dirigieron los destinos de esta comuna sin importarles ni familia ni tiempo, solo el bienestar del pueblo”.

Luego, en el trascurrir de sus textos, algo de la historia de la clase obrera se expone entrando, en general, “desde arriba” al mundo industrial, para luego mencionar algunos aspectos de los sectores proletarios, sobre todo en relación a anécdotas y a los “beneficios” “impulsados” por los propietarios del capital, por ejemplo, en los capítulos: “Salto industrial”[19], “Refrigerador porfiado”[20] y “La Pizarreño”[21], donde refiere, sin profundizar, a los casos de la industria INSA, FENSA y Pizarreño, respectivamente.

Ninguna cita a pie de página en estos tres capítulos, ni en sus dos libros, todo mencionado sin ahondar y sin ninguna interpretación historiográfica. Para cada capítulo una anécdota: en INSA la historia del trabajador que se fue a Argentina y “aumentó considerablemente la producción de la filial trasandina”; en FENSA la “anécdota” de presentación del primer refrigerador por parte del gerente general; en Pizarreño, dos chistes: uno del trabajador que le decían “Pajarito” y el de los obreros en huelga con uno de los presidentes de Pizarreño, Jorge Alessandri. Entre datos generales, anécdotas y una visión condescendiente o descriptiva de los propietarios del capital (Jorge Alessadri era “muy querido por sus trabajadores” de Pizarreño, INSA se “destacaba en aquellos años por los beneficios a los trabajadores…”) se cierran cada uno de los capítulos.[22]

No se expone nada de la enorme tradición sindical de los obreros de estas industrias, que en el caso de INSA se inicia el año 1947 con la formación del sindicato industrial número 1[23]; que en el caso de FENSA impulsaron una de sus más grandes huelgas el año 69 [24]. En Pizarreño, tampoco hay mención a la experiencia sindical y menos a la cantidad de muertes producidas por el asbesto[25]. Ninguna referencia a históricos dirigentes sindicales que hicieron lo posible por humanizar su trabajo y el de sus compañeros, dedicándose por años a la causa proletaria: Mondaca (Pizarreño), Zamorano (Fensa) y Saavedra (Insa)[26]. ¿Por qué omitir la historia de los trabajadores organizados? Como diría Gabriel Salazar, ¿por qué el autor no se centró en “la historicidad involucrada en el drama interior de la nación”[27]?

En suma, el autor se posiciona desde el discurso dominante, poniéndose en sintonía con la historia tradicional, descuidando la posibilidad de acercarse a la historia de los trabajadores desde una mirada seria y respetuosa de sus tradiciones organizativas que, según estudios de la época, hacia los años 70 ya vislumbraban una sociedad alternativa en germinación.[28]

En síntesis, considerando todos estos vacíos, lagunas temáticas y contradicciones de una historiografía local insuficiente, inconsistente y limitada[29], es que la Biblioteca Popular Rayén, levanta el concurso de historias locales, apuesta autogestionada que a continuación pasamos a detallar sucintamente.

Nuestro enfoque para la historia local de Maipú: una posición de clase, una práctica consistente

A diferencia de la perspectiva que, como vimos, ha tomado la historiografía local en conexión con el paradigma de la historia tradicional, nuestro enfoque se inscribe en la corriente de la “Nueva Historia Social”, centrándonos así en las dinámicas de base de “los de abajo”[30], es decir, en la lógica de “la gente común y los movimientos sociales de base que han encarnado los trabajadores, las mujeres y más ampliamente los movimientos populares”[31]. Desde esta perspectiva, en el uso de fuentes consideramos fundamental rescatar las voces populares, utilizando no solo documentos escritos, sino también el testimonio oral de los trabajadores del pueblo de Maipú, pues como dice el historiador inglés Paul Thompson:

La historia oral es una historia hecha con la gente misma. Permite que el protagonismo no se circunscriba solo a las elites, sino que abarque también a la masa anónima de la gente. Consigue que la historia pase por dentro y hacia afuera de la comunidad. Ayuda a los menos privilegiados y, sobre todo, a los viejos a recuperar su dignidad y autoconfianza. Desafía los mitos fijados por la historia oficial, los juicios autoritarios de la tradición. En fin, humaniza a todos los seres humanos[32].

Desde esta perspectiva, también nos ubicamos, como dice la historiadora María Angélica Illanes: “fuera del escenario propio de los héroes y los genios forjadores de patria y república; de la capital como el gran monumento político… de los templos y las letanías del orden y el desorden… Fuera del “mito de Chile”[33].

Nuestras reflexiones colectivas quedaron plasmadas en los “considerandos” de las bases del concurso que llevamos a cabo:

  1. En líneas generales la historiografía local ha marcado otros énfasis al escribir la historia de Maipú, haciendo que la voz y acción de los sectores populares de la comuna no haya sido tomada en cuenta en sus estudios a pesar de que las memorias populares comunales todavía recuerdan (del latín: re: volver; cordis: corazón) la importancia de su organizaciones locales en el sueño de la vivienda propia (a través de cooperativas y tomas de terrenos); en las luchas sindicales por mejores salarios y calidad de vida; en una educación popular colectiva, fraterna y solidaria; en fin, en la construcción de condiciones de vida más dignas para sus familias.
  2. Que las visiones “desde arriba” (propias de la historia tradicional, y en sintonía con la historiografía local mencionada) son tan legítimas como las perspectivas “desde abajo”, sobre todo si se comprende que es la clase trabajadora la que crea y recrea la riqueza de los territorios jugando un papel clave en la historia de los pueblos.
  3. La necesidad de plasmar en un producto impreso las experiencias y reflexiones colectivas de las jornadas de historia local impulsadas por la Biblioteca Popular de la comuna de Maipú bajo la premisa de “compartir anécdotas y superarlas, construyendo Ideario”.
  4. Es una necesidad política que las nuevas generaciones de Maipú que luchan por un mundo mejor, tengan una brújula histórica que les permita comprender que sus luchas del presente son parte de una secuencia e identidad histórica comunal que tuvo referentes ejemplares, momentos memorables y desoladores, así como extensas continuidades en la larga duración histórica local.

 

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Presentación del libro y conversatorio en torno a los problemas y consecuencias del uso del asbesto en la industria Pizarreño. Agradecemos a Tania Muñoz la buena disposición en venir a la Biblioteca Popular Rayén a presentar y sociabilizar los resultados de su investigación.

 

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Taller de historia local a cargo del historiador Sebastián Leiva, para resolver las dudas del proceso de creación e investigación histórica. Agradecemos su amabilidad, compromiso y ayuda en las diversas inquietudes y escritos en germen hacia septiembre de 2014. En aquel día se conversó en torno a curas obreros, cooperativismo, escuela popular e historia y literatura. Todo en un clima de mucha solidaridad, a través de unas dinámicas horizontales y en comunidad. En la actualidad el historiador se encuentra revisando los escritos finales que posteriormente serán publicados de forma impresa y digital; trabajo de revisión en el cual también están colaborando las compañeras de Tiempo Robado Editoras, a quienes agradecemos su muy buena y atenta disposición para leer los borradores. Una vez llegados los comentarios de nuestros revisores, se juntarán éstos para que quienes escribieron en el concurso se lean y escuchen en conjunto, logrando dibujar una comunidad de historiadores locales.

 

Pues bien, desde esta trinchera del rescate de la memoria popular local, apostamos al desarrollo de un concurso que motive “la investigación para la acción”[34], asumiendo la necesidad de un trabajo serio y metódico, que potencie la identidad obrera y territorial y que contribuya a desplazar el discurso oficial de la historia tradicional a nivel local. Así, desde esta posición, dibujamos nuestra práctica durante todo el año 2014; práctica colectiva, autogestionada, voluntaria y autónoma (en los sentidos más políticos de cada uno de los términos), que ejerciendo su poder y asumiendo su posición en “la batalla por la memoria”[35], desarrolló actividades de ejercicios de historia y memoria popular, que las siguientes imágenes y sus palabras de abajito de cada una de ellas describen.

Pajaritos, Maipú, 2015.

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Homenaje al destacado profesor y director deportivo de los años 60, Héctor Saavedra Veloso, quien, con orgullo de trabajador de la educación, recordó sus gloriosas hazañas deportivas ante la asistencia de sus ex vecinos, amigos, familiares y discípulos deportivos de esos años. Su voz retumbó como trueno, como en los viejos tiempos, en la Biblioteca Popular, emocionando a los asistentes a su homenaje, y logrando que las familias Sanhueza, García, Silva, Guaico, etcétera, vibraran juntos aquella memorable jornada. Así se “descentra” la historia local de su centro elitista. Previamente a la actividad, se revisó prensa local de los años 60 en la Biblioteca Nacional, para así tener las fotocopias de noticias de los logros deportivos de don Héctor el día de su homenaje. En aquella ocasión reflexionábamos: “En momentos en que la ‘autoridad’ hace de nuestros queridos viejitos meros receptores de ‘bonos’, de un ‘gratuito taller cultural’ y –qué duda cabe– de un ingrato ‘ninguneo social’, desconociendo a nuestros abuelos su importancia pasada en la formación de comunidad, su apoyos en la educación de los pequeños, sus capacidades de formación deportiva, en fin, su calidad de activos sujetos de transformación social, es que la comunidad organizada toma en sus manos la iniciativa y, ejerciendo su poder, va al pasado para reconstruir su historia popular. La comunidad organizada hace homenaje a los ‘siempre suyos’; rescata del ‘olvido oficial’ a los grandes protagonistas anónimos que la historia tradicional no reconoce (o tilda de anecdóticos y accesorios); restablece y reconstruye su memoria local, caminando hacia la construcción del ideario comunal para la resolución de sus asuntos en común; y pone a nuestros amados viejitos en el merecido altar y la merecida posición en que debieran estar. Nuestros abuelos están dispuestos a comunicarnos, con orgullo trabajador, su experiencias locales, y toda la comunidad y sus organizaciones sociales conscientes debieran estar atentas a escuchar, en pos de reconstruir nuestro conocimiento local tanta veces ninguneado y pisoteado.”
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Invitación a la comunidad para la presentación de la obra Cordones Industriales, con las imágenes de fondo de trabajadores del Cordón Cerrillos movilizados (a la izquierda) y los integrantes de la directiva de los sindicatos de la industria Perlak (a la derecha), cuando, plenos de felicidad, administraban su empresa recuperada a los capitalistas, que durante años abusaron con los obrerxs de esta conservera.

 

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Collages de imágenes de prensa en torno a la historia sindical de los trabajadores de INSA y FENSA (actual Goodyear y CTI) en los años 60 y 70. Ambos collages fueron llevados a los respectivos sindicatos. El collage de INSA (imagen de la derecha) se pegó en la sala de reunión donde se junta la actual directiva del sindicato de Goodyear.

 

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Se encuentra en proceso la elaboración del libro auto gestionado Maipú, las otras batallas, donde se compilarán los escritos que llegaron al concurso, para una humilde edición de pocos ejemplares. Estamos infinitamente agradecidos con los compañeros de la editorial “La Vieja Sapa Cartonera” por su ayuda en la producción de los textos. En la imagen de la izquierda se trabaja una portada de un futuro libro, donde aparece la figura del cura obrero Roberto Lebegue, ex líder local con fuerte arraigo en el ex Campamento Liberación de Maipú en los tiempos de la Unidad Popular. Uno de los trabajos que llegaron al concurso se concentra en su historia de vida. En este proceso de elaboración de libros se ha reflexionado en torno a los referentes históricos de la clase obrera comunal, destacándose en el diálogo colectivo la imagen del cura Roberto, así como la figura de Santos Romeo; este último, ex dirigente sindical de la industria Perlak y del Cordón Cerrillos Maipú. Paralelo a estas pocas ediciones autogestionadas, se encuentra en conversación con una editorial una edición en masa de los escritos del concurso.

 

 

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Logo de Maipú, las otras batallas dibujado por la compañera Millaray, imagen con la cual posteriormente se hizo un estandarte que nos acompaña en todas nuestras jornadas de historia y memoria local.

 

 

[1]Apartado desarrollado en base al artículo de: Henríquez, Renzo, La Historiografía comunal y los pobres de Maipú. Una posición oficial. Una descripción desde arriba.( Inédito). Para profundizar en cada uno de los aspectos de este apartado véase el artículo mencionado.

[2] Véase más abajo el breve análisis de los libros de historia de Maipú de los autores: Raúl Téllez, Guido Valenzuela y de la CODEDUC/ECO, citados respectivamente a pie de página. Un análisis más en profundidad y al que se suman otros textos locales en: Henríquez, Renzo, La historiografía comunal…

[3] Salazar, Gabriel, “Sobre unas críticas indirectas a la Historia Contemporánea de Chile”, El Mercurio, 16 de mayo de 1999.

[4] Grez, Sergio, Historiografía, memoria y política…p. 27

[5] Habiendo un solo acercamiento a una fuente oral con la entrevista a Carmen Luisa Correa. Téllez, Raúl, Historia de Maipú…p.70 y ss. Un análisis de esta entrevista y las fuentes utilizadas por este autor, en: Henríquez, Renzo, La Historiografía comunal

[6] Henríquez, Renzo, “Hacia una historia de los campesinos pobres de Maipú. Chile, 1938-1948”, 2012. Artículo desarrollado en el marco del proyecto FONDECYT “ Cuestión campesina y políticas sociales rurales durante el Frente Popular y los Gobiernos Radicales (1936-1952)” de la historiadora María Angélica Illanes. (Inédito); Henríquez, Renzo, “Organización Campesina en Chile. Los trabajadores agrícolas de Maipú y los orígenes de la politización campesina comunal y nacional. (1938-1948)”. Ponencia presentada en la 8ª Jornada de Estudios Agrarios y Agroindustriales, Buenos Aires, Octubre, 2013

[7] Henríquez, Renzo, Cordón cerrillos Maipú, un caso de poder comunal: Toma masiva de fundos y creación del mercado popular “Chile, 1973), Ayun, Santiago, 201

[8] Henríquez, Renzo, Hacia una historia…

[9]Ejemplos de cohecho del ex alcalde José Luis Infante aparecen en: Aravena, Nicolás, “Historia No Oficial de Maipú. Un par de ´charchazos´ a José Luis Infante”, 5 de octubre del año 2011. En: http://www.lavozdemaipu.cl/2011/10/historia-no-oficial-de-maipu-un-par-de-charchazo

[10] Henríquez, Renzo, El poder del Campo. Una aproximación histórica a los campesinos de Maipú, Londres 38, Santiago de Chile

[11] Lista de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos en Maipú. Agrupación derechos humanos Maipú. Abril del 2012.

[12]Vítale, Luis, “Interpretación marxista de la historia de Chile. Tomo VI” (versión PDF), CEME Centro de Estudios Miguel Enríquez- Archivo Chile, p. 61 (Archivochile.com)

[13] Henríquez, Renzo, Organización Campesina en Chile…

[14]Henríquez, Renzo, Hacia una historia…El poder del campo…

[15]Henríquez, Renzo, “Historia de los trabajadores del Cordón Cerrillos Maipú” (en diagramación para su publicación en Editorial Escaparate).

[16] Henríquez, Renzo, Los trabajadores del Cordón Cerrillos…

[17] Valenzuela, Guido, “Brochazos y pinceladas de un maipucino…”; Pizarro, Dolores, “Crónicas de….”

[18] Valenzuela, Guido, p.11

[19] Valenzuela, Guido, p.92- 93 y 94.

[20] Valenzuela, Guido, p.95

[21] Idem. p.127

[22] Respecto al tema agrario se sigue una lógica parecida. En, Henríquez, Renzo: La Historiografía comunal y los pobres de Maipú…

[23] Henríquez, Renzo, Historia de los trabajadores del Cordón…

[24] Idem.

[25] San Juan, Constanza, Muñoz, Tania, “Fibras Grises de muerte. El silencio del mayor genocidio industrial en Chile”, UCA, Santiago, 2013.

[26] Henríquez, Renzo, Historia de los trabajadores…

[27] Salazar, Gabriel, “Labradores peones y proletarios. Formación y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XIX”,1985 Sur ediciones, p.13

[28] Henríquez, Renzo, Cordón cerrillos Maipú, un caso de poder comunal…

[29] Mayor profundización y la mención a otros textos sobre la historia de Maipú, en: Henríquez, Renzo La Historiografía comunal…

[30] Burke, Peter, p.16

[31] Garcés, Mario, Guía metodológica…p.16.

[32] Thompson, Paul, La voz del pasado. Citado en : Salazar, Gabriel, La historia como ciencia popular. Despertando a los Weupifes”, Revista austral de ciencias sociales, 2006, p.154.

[33] Illanes, María Angélica, Chile Descentrado. Formación sociocultural republicana y transición capitalista (1810-1910), LOM ediciones, 2013, p.7. El extracto citado prosigue con la siguiente afirmación que compartimos plenamente: “pero no nos confundamos, si este texto ubica su mirada fuera del centro, no pretende hacer historia sin el centro. Por el contrario queremos verlo mejor”.

[34] Salazar, Gabriel, La historia como ciencia popular. ..p. 155.

[35] Illanes, María Angélica, “La batalla de la memoria”, Editorial Planeta, Santiago, 2002.

Para citar este artículo:
Henríquez, R. (2015). Maipú, las otras batallas. Hacia la construcción de la historia popular de la comuna de Maipú. Rufián Revista, 22 (1). Recuperado desde: www.rufianrevista.org

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