
Por Ignacio Muñoz Cristi*
En este artículo se presentan los fundamentos del proyecto social y político del MPL en relación a la Psicología Popular de la Liberación implícita en su praxis, la cual implica el surgimiento de una mentalidad autogestionaria como parte del sendero-horizonte de la Vida Digna. Psicología popular de liberación que se hace explícita y funda una praxis de atención y educación en la Escuela Psicosocial Martín-Baró del MPL.
Sobre el MPL
El Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha surge como una comunidad popular urbana que para alcanzar su propósito descubre la necesidad de organizarse en la forma de un movimiento social de pobladores, el que ante la privatizadora retirada del Estado en la gestión de la vivienda social, el 2006 apuesta, primero, por luchar autogestionariamente y construir sus propias viviendas, y luego por la producción social del hábitat completa, es decir, dar una batalla integral por la autonomía territorial y nacional que incluye la educación, la salud, el trabajo y todas las dimensiones del habitar humano, e ir en ese proceso abriendo espacios para que la clase popular pueda ir autogobernando sus territorios asamblearia y constituyentemente. Surge en la comuna de Peñalolén, pero ya se ha ido expandiendo a varias comunas en Santiago y a comunas en otras tres regiones (Arica, Antofagasta y Bío-Bío). Es un movimiento social de base, y a la vez una organización política revolucionaria, que agrupa en su interior alrededor de 1.200 familias organizadas en asambleas en torno a comités de vivienda, que en su mayor parte viven como allegados. Sus tres ejes son la lucha de liberación, la autogestión comunitaria y la educación popular, a los cuales hoy se une también la despatriarcalización.
Todo lo realizado hasta la fecha ha sido posible en un proceso de convergencia de miembros de asambleas, dirigentes, militantes y colaboradores, quienes se integran diferencialmente a un proyecto común que funda y conserva la matriz identitaria del movimiento, la del Nuevo Poblador, quien construye la Nueva Población como realización actual y futura de la Vida Digna, que es el horizonte histórico del movimiento, un mundo de buen vivir sin patriarcado ni capitalismo. De este modo, el MPL cuenta con una orgánica hibrida y centrípeta, en la que miembros de las asambleas y colaboradores al involucrarse más a fondo suelen irse convirtiendo, a su propio ritmo, en dirigentes y militantes. Como parte fundamental del proyecto común, hemos ido creando diversas unidades productivas y de servicio, entre ellas: una entidad de (Auto)gestión inmobiliaria social (EaGIS), una constructora, una corporación educacional, un colegio para adultos, una red de centros educativo-culturales de la infancia (CECI), una Concejalía Popular en la municipalidad de Peñalolén, y la Escuela Psicosocial Martín-Baró.
El proyecto político del MPL opera a dos tiempos; en el corto y mediano plazo luchamos por la producción social del hábitat popular, incluyendo todas las dimensiones asociadas con el derecho a la ciudad. En tanto, en el largo plazo, vamos proyectando una estrategia política, económica y cultural de carácter constituyente (y aun global) desde donde vamos configurando nuestro horizonte histórico (El mundo de Vida Digna) con muy diversos sectores en lucha. Pero tal horizonte no se concibe mecánicamente como un estadio al cual acceder en un futuro hipotético, sino que enraíza en el presente desde la praxis de su cotidianidad en la siembra y dispersión de poder popular autogestionario. Es un mañana-hoy desde el cual no cambiamos el mundo, cambiamos nuestro propio habitar para que el mundo vaya cambiando con nosotros. Y en este caminar hemos ido complejizando la autogestión en torno a una táctica-estrategia triple, que opera sin, contra y desde el Estado, recuperando recursos y espacios decisionales en un sendero destituyente que, dispersando el poder en las comunidades organizadas, busca en último término la desintegración del estado burgués de un modo paulatino pero total.
De la Psicología Social de la Liberación a la Psicología Popular de la Liberación
Por una parte, nuestra escuelita psicosocial lleva el nombre de Ignacio Martín-Baró, el fundador de la corriente crítica llamada Psicología Social de la Liberación, pues compartimos sus fundamentos: la psicología humana siempre es social; el origen del malestar subjetivo en la modernidad surge desde el trasfondo político-económico del sistema y no de las mentes; como ciencia la psicología no es neutral y en muchos casos ha estado al servicio de los poderes hegemónicos. Y del mismo modo, compartimos las principales consideraciones de la psicología social crítica y la antipsiquiatría. Pero por otra parte, consideramos que, al tomar como punto de partida el proyecto político anticapitalista de un movimiento popular, vamos un paso más allá en la dirección antisistémica de la reconfiguración de la praxis psicosocial como herramienta de liberación. Fundamentalmente, porque nuestra praxis no surge cual construcción foránea elaborada por expertos (genuinamente comprometidos), sino de la seria y consistente consideración de la espontánea Psicología Popular de la Liberación (Psi.P.L.) implícita en el proyecto del MPL y realizada por asambleas, dirigentes y militantes populares. Durante los dos últimos años, como primer trabajo, hemos estudiado y caracterizado a la Psi.P.L, al mismo tiempo que fuimos generando un flujo de reflexiones consensuales al respecto entre los miembros del movimiento para ir haciéndola explícita. Luego, el trabajo ha estado siendo diseñar e implementar programas psicosociales que se acoplen armoniosamente con el núcleo de la Psi.P.L., los que están centrados en la generación, realización y conservación del ethos o espíritu de la Dignidad, y de lo que llamamos la Mentalidad Autogestionaria, cuestión posible desde dar centralidad terapéutica al que es, de hecho, el mecanismo generador de la identidad comunitaria del MPL; el involucramiento con las construcciones y luchas populares por un mundo de Vida Digna[1]. Esta es la gran “medicina”, pues solo atender el malestar personal sin atacar su origen es simplemente hacer más de lo mismo. Y la recuperación o ampliación de la dignidad de un pueblo no solo es desencadenar procesos sanadores de desalienación ideológica, sino también hacer temblar las bases mismas del sistema de opresión y explotación.
Si la liberación de los pueblos frente a la opresión y explotación ya no pasa, primariamente, por centrarse en la toma del poder estatal, sino en la creación de modos de organizarse y de habitar que, mientras resisten y combaten al capitalismo senil, prefiguren el nuevo modo de habitar humano centrado en el compartir, co-inspirar y colaborar, propiciando la autonomía personal y comunitaria, reflexiva y relacional para conservar el bienestar de tod@s, entonces la tarea de la autoeducación y autosanación ponen al centro de la transición civilizacional a una psicología política que disuelva al experto, al enfermo y al medicamento, que recupere los saberes ancestrales y populares, la poética cotidiana de la cultura social y el gusto por la política social, involucrándose transversalmente en las luchas y construcciones autogestionarias por una vida digna para tod@s, y que en el mero corazón de su praxis, compartida por quien sufre y quien acompaña el sufrimiento, pone la autoreflexión y el ejercicio de la confianza en sí mism@, entregando autonomía, como fuente de las consecuencias terapéuticas que realizan y conservan la liberación personal en el largo camino de la liberación social. Y pensamos también que los actuales movimientos sociales, como el zapatista en México, los sin tierra en Brasil, o el Movimiento Popular La Dignidad en Argentina, todos, implican en su praxis autogestionaria una psicología popular de la liberación, que si bien puede diferir en distintas dimensiones, comparten un mismo fundamento.
Quizás la mayor diferencia entre una psicología popular de la liberación genuinamente antisistémica, y una psicología comunitaria e intervención social exógena, foránea, es que estas últimas se orientan al paradigma del desarrollo y de la superación de la pobreza y, por el contrario, la psicología popular liberadora que realizan los mismos pueblos se orienta a la democracia directa del Buen Vivir y la Vida Digna, que se da en el autogobierno y autogestión social del nuevo habitar humano. Y su proyecto político implica superar, no la pobreza sino la riqueza, su acumulación incesante y mundial.
Mentalidad Autogestionaria: más allá de la dualidad individuo-colectivo
Al involucrarse en el proyecto común autogestionario y utopístico, convirtiéndose en pobladores-militantes, nuestros compañeros (y quien escribe) suelen declarar haber recuperado un sentido de vida profundo y un nuevo modo de habitar, generador de bienestar y autonomía, donde la responsabilidad por la autoformación y la habilidad de generación y dispersión de poder popular adquieren un rol central. Así, la mentalidad autogestionaria es la de quien se para como actor social responsable de su propia liberación y de la comunidad en que habita, la identidad de un productor social soberano de su propio hábitat es la de quien puede fluir en la autonomía psíquica y relacional decidiendo desde sí, pero co-inspirando y colaborando con otros en un proyecto común; siendo individuo, pero con conciencia social y de clase; con la dignidad de saberse diferente a otros, pero equivalente en autonomía y dignidad humana; compartiendo lo poco y lo mucho hasta resignificar la propiedad privada; confiando en las personas y comunidades organizadas antes que en el Estado, los expertos y las instituciones, y cultivando el sentir revolucionario de luchar por un mundo otro; aprendiendo a autoeducarse, y aprendiendo especialmente a desmercantilizar progresivamente su propio habitar humano a través de la producción comunitaria del hábitat y la democracia asamblearia; ejercitando la autoreflexión descolonializante, despatriarcalizante, desclientelizante y despatologizante.
El MPL busca ir más allá del paradigma de derechos e intervención social, desea y construye autogestionariamente comunidades territoriales y laborales que resulten generadoras y conservadoras de una cultura de bienestar y autonomía. Así, en su praxis, los pobladores-militantes se van convirtiendo técnica y políticamente en productores soberanos de su propio hábitat, desde donde se gobiernan comunitariamente las condiciones para una convivencia social generadora de sentido y propósito histórico.
La psicología popular de la liberación es el espíritu de los movimientos sociales, y estos son como grandes flujos de consciencia y acción que rondan por el sistema mundial patriarcal-capitalista, como un antiguo otro fantasma, en medio de la transición civilizacional, bregando por la democratización radical fraterna y liberadora, ante el caos social geopolítico y ecológico donde el gran capital busca hoy imponer un nuevo orden mundial, en el que desde ya, pocos tienen muchísimo y muchísimos tienen poco.
La Escuela Psicosocial Martín-Baró del MPL
La concebimos como una comunidad autogestionaria tanto territorial como laboral, la que está apenas en proceso de surgimiento. Es un embrión que ha de prefigurar un habitar asambleario en torno al auto cuidado del bienestar psicosocial.
En la Escuela Martín-Baró, concebimos la psicoterapia como un proceso educativo y no uno de carácter médico. La experiencia psicoterapéutica es siempre producto de un aprendizaje (aún aquella gatillada de manera inconsciente). Sin embargo, desde una perspectiva política la psicoterapia es siempre un asunto de salud pública, y en esa arena damos nuestras luchas contra la patologización y medicalización del habitar humano, así como contra la permanente guerra psicológica que las instituciones del sistema patriarcal-capitalista tienden contra los pueblos para conservar su hegemonía. A su vez, el horizonte de nuestro proyecto educativo es realizar y conservar la siembra y dispersión de una cultura de bienestar y autonomía, ya que el fundamento para cambiar la política pública y el malestar psíquico es siempre cambiar el modo de vida, en este caso el propio del habitar patriarcal-capitalista. Concebimos la lucha revolucionaria como un proceso de largo aliento que requiere tanto la liberación material de los pueblos como su liberación psicosocial, que no empieza ni acaba con la toma del Estado.
La escuela se divide en cinco unidades operativas: 1) El Programa de Atención Psicoterapéutica se orienta a la generación de ámbitos de atención psicológica personal y grupal, que se fundan en una praxis de autoreflexión; en el descubrimiento del fundamento social y político del propio malestar; el manejo de habilidades inconscientes; y en tareas de involucramiento con la creación de poder popular. 2) El Programa de Terapias Naturales; en apoyo a diversos problemas fisiológicos de salud, estamos implementando una serie de técnicas y saberes de orden complementario a la medicina alópata, abriendo espacio al rescate de diversas prácticas ancestrales y populares. 3) El Programa de Formación Psicosocial se orientará al trabajo, tanto de formación de Educadores Psicosociales, como de formación puntual en temas de interés comunitario (autocuidado, bienestar familiar, etc.), esto a través de talleres, charlas, foros y eventos. 4) El Temazcal Autogestionario implica la praxis ceremonial del baño de vapor medicinal indígena, que ha sido rediseñada como herramienta de salud y educación popular y que trabaja desde el cuerpo, el juego, la reflexión política, la experiencia espiritual y estética. 5) El Comando de Comunicación Contrapsicológica se orienta a la deconstrucción pública de las mentalidades y el sentido común que el patriarcal-capitalismo ha instalado. Lo hacemos combinando investigación científica, agitación política, cultura, recreación, comunicación y educación popular.
Aprovechamos la oportunidad para dejar la invitación a colaborar con nosotr@s a quienes lo deseen, siempre y cuando estén dispuestos a soltar las propias certidumbres y a aprender los modos y colores de vivir y sanar que se sueñan desde abajo a la izquierda. Reformulando la consigna de Paulo Freire, podemos decir: Nadie sana ni libera a nadie, nadie se sana o libera solo, solamente juntos nos sanamos y liberamos.
* Militante del Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (MPL), antropólogo por la Escuela Nacional de Antropología de México, Magíster en Psicología y Doctorante en Psicología Social por la UDP. imucri@gmail.com
[1] Al respecto revisar nuestra tesis de magister en psicología: “Autogestión y Utopística e Identidad en el Movimiento de Pobladores en Lucha. Los Movimientos Antisistémicos y la Crisis Civilizacional”. Colgada en: www.academia.edu
Para citar este artículo:
Muñoz, I. (2015). El MPL, su Psicología Popular de la Liberación y la Escuela Martín-Baró. Rufián Revista, 22 (1). Recuperado desde: www.rufianrevista.org
Comentarios
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Leave a Reply