
* Jocelyn Muñoz
Lecturas poéticas y breve ejercicio de búsqueda de significados subyacentes en la actualización curricular para el inglés como idioma extranjero.
En estos días se discute acaloradamente -más bien se despotrica airadamente- contra la reforma educacional que comenzó a gestarse el año 2009, se anunció oficialmente el 2010, y que comenzará a implementarse este año 2011. La reforma anuncia la disminución de las horas de historia, y el aumento de las horas de tres asignaturas: lenguaje, matemática e inglés.
Es justamente aquí donde yo, docente de idioma extranjero, me enrollo en mí misma de vergüenza. Una asignatura desde ya poco amigable se hace ética y moralmente insoportable. El alumno no puede más. En vez de apropiarse de la memoria e identidad colectiva de su cultura, debe someterse más horas a la desconfianza de hablar mal en un idioma que no es el propio. La pregunta es finalmente, para qué.
Cuando se es profesor, hay que responder una pregunta fundamental sobre la visión que se tiene de la propia asignatura y su función dentro del aprendizaje total que debe tomar lugar en los estudiantes. Responder esta primera pregunta implica evaluar la importancia del idioma extranjero, observando primero sus objetivos desde una perspectiva escolar oficial y revisando los supuestos implícitos.
Según un mail enviado a la comunidad educativa desde el Ministerio de Educación, el aumento en 5° y 6° básico de las horas de Inglés favorecerá una iniciación más afectiva en la adquisición de competencias comunicativas en esta lengua. Esta declaración de propósitos nos hace remitirnos a los documentos curriculares, para poder referirnos a la relación ya enunciada entre afectividad y lenguaje.
Dentro del análisis que podemos hacer de los objetivos curriculares, esbozamos brevemente los objetivos renovados para primero medio, que son:
1. Escuchar y demostrar comprensión…
2. Leer y discriminar información…
3. Expresarse oralmente en situaciones comunicativas…
4. Escribir textos breves con fines descriptivos y narrativos…
5. Comprender en textos orales y escritos 1.500 palabras…
6. Descubrir la riqueza expresiva del idioma inglés como medio de comunicación mundial…[1]
Entre los objetivos se enuncia expresamente la instrumentalización del inglés como un idioma que abrirá las puertas al mundo globalizado. ¿Bajo qué condiciones?
Al dirigirnos al documento de actualización curricular 2009, nos encontramos con que el contrato comienza de la siguiente manera: Las demandas que la sociedad actual impone…[2]
De buenas a primeras, nos encontramos con que las posibilidades de globalizar a otros en lo nuestro son muy desiguales, y asistimos a la globalización como sinónimo de cultura impuesta, más que como cultura compartida.[3] Durante mi práctica profesional escuché de un estudiante las preguntas ¿Profe, por qué siempre hay que leer puro las cuestiones del inglés? ¿Por qué mejor no enseñan Rapa Nui, o los idiomas de aquí? Hay un cuestionamiento intuitivo en el alumnado sobre los motivos de no aprender, por ejemplo, las lenguas aborígenes, y un rechazo de esta cultura inglesa que es presentada a través de los textos de educación sin un trasfondo histórico. Una de estas formas de rechazo se manifiesta en el analfabetismo de la resistencia: el estudiantado prefiere refugiarse en la ignorancia y obtener malos resultados académicos antes que ceder ante propuestas que comprometan su identidad, su entorno, su cultura.[4]
Otra observación que se puede hacer sobre los objetivos para primer año medio tiene relación con la preponderancia del ejercicio de habilidades receptivas sobre las habilidades productivas. Esta no es una innovación que pertenezca particularmente al gobierno actual, ya que desde el gobierno de la Concertación los coordinadores del proyecto ya afirmaban que el idioma extranjero sirve a la “creación de una plataforma lingüística para el acceso a la información escrita, y para comprensión de discurso oral”, pues ¿qué necesita hacer un alumno a partir del inglés? “Por ejemplo, necesita usar programas computacionales, leer y realizar acciones, escuchar y seguir instrucciones, y a partir de ahí podrá producir.”[5]
La reforma educacional se expresa a través de un currículo que, como todo texto o discurso, puede leerse asociando las formas lingüísticas a uno o varios discursos subyacentes. Leer esta reforma es, finalmente, un ejercicio poético, y lo que descubrimos es una gran metáfora del “mejoramiento humano y la participación social a través de la educación”[6]. En el caso del inglés, la metáfora consiste en actualizar las capacidades lingüísticas a un mundo globalizado de una manera competitiva, exitosa. Pero en la realidad, el problema de realización de esta metáfora está dado por la desigualdad en que nos insertamos al mundo globalizado, al sistema educativo, y a la sociedad en general.
Recordamos que todo intento educativo es una acción intencionada, y me pregunto hacia qué concepto de joven apuntamos de manera metafórica con esta reforma. Al parecer, hablamos de una persona que abandona gradualmente su acervo social, su desarrollo ligado a una identidad local, para insertarse en un mundo global que no está fuera ni es lejano ni abstracto, sino que llega a la ciudad con las compañías transnacionales; que está en la propia casa, a través del televisor; y que llega al barrio y a la escuela a través de solo una hora menos de historia, solo una hora más de inglés.
¿Y la relación entre afectividad y lenguaje? En los documentos oficiales no se menciona la palabra afectividad siquiera una vez. Debemos acaso considerarlo un artificio publicitario. No es un artificio poético ni mucho menos. Nada hay menos poético que una mentira.
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* Jocelyn Muñoz: Licenciada en Lengua y Literatura Inglesa de la Universidad de Chile y Profesora de Inglés egresada de la misma institución. Vive en Escocia, y asiste al programa DACE de aprendizaje de idiomas extranjeros de la Universidad de Glasgow.
[1] Ministerio de Educación. Sectores curriculares actualización 2009, Idioma Extranjero Inglés. 2009, p.104. Disponible en < http://curriculum-mineduc.cl/curriculum/marcos-curriculares/educacion-regular/educacion-basica > [online] [Consultado el 29 de Diciembre de 2010]
[2] idem, p.85.
[3] Gimeno Sacristán, J. El significado y la función de la educación en la sociedad y cultura globalizadas. En Revista de Educación, N. extraordinario. Madrid, 2001. pp. 121 – 142
[4] Cummins, J. Qué sabemos de la educación bilingüe: perspectivas psicolingüísticas y sociológicas. Revista de educación N. 326, Bilingüismo y Educación. Madrid 2001. pp. 37-61.
[5] Entrevista a Gloria Salazar, coordinadora Idioma Extranjero En Nervi, ML, Los saberes de la escuela. Edit. Universitaria, Stgo. 2004, pp. 45-53.
[6] Donoso Díaz, S. Reforma y Política Educacional en Chile 1990 -2004: El neoliberalismo en crisis. En Estudios Pedagógicos (2004),Vol. XXXI, N° 1, Universidad Austral de Chile, Pp. 113 -135.
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