
*Por Camila Bralic
Mi nombre es Amparo Jaramillo González, soy de Rancagua, tengo 25 años, trabajo en el Casino Monticello ya hace más de 5 años, y soy una mujer transexual en proceso.
El proceso parte de uno mismo, o sea, primero que nada, de tomar la decisión de conocerse. De ahí comienza todo el trámite, porque en el fondo hasta ahora igual es un trámite. Uno tiene que buscar orientación con un psiquiatra, que en Rancagua son súper escasos, es una sola psiquiatra la que en el fondo te autoriza a comenzar con todo. Te hace una evaluación psiquiátrica, para descartar bipolaridad, esquizofrenia, trastornos de la personalidad, alucinaciones y todo ese tipo de cosas. Una vez que pasas esos exámenes, tienes la evaluación para que el endocrinólogo te empiece a tratar recién con el reemplazo hormonal, que es cuando te van eliminando la testosterona y van entregándote estrógeno, y ahí comienzan los cambios. Yo estoy en ese proceso. Ha sido inesperadamente muy rápido, por los cambios en todo sentido, y además porque me apoyo en una organización que es la OTD(1), que trabaja en todo Chile con personas transexuales, y ellos te orientan a hacer todo… te asesoran con qué doctores son especialistas en el tema –no cualquier endocrinólogo hace el tratamiento porque es un poquito complejo–, con los cirujanos que posteriormente te van a operar, con los abogados que después van a tramitar el cambio de identidad.
¿Hace cuánto que estás en esto?
Aproximadamente de agosto del año pasado. Tomé la decisión mucho antes, pero como te digo, es súper difícil, es medio engorroso el proceso, más que nada con la psiquiatra… tarda un poco el asunto, ella te tiene que dar como un certificado de que eres trans, ¡te da un diploma! [Risas] Ese certificado te lo da la psiquiatra.
¿Qué es ser mujer trans en Chile?
Es difícil. Yo creo que, si antes era difícil, ahora lo sigue siendo, o sea, las evoluciones son súper escasas. Para nosotras es mucho más difícil la inclusión en la sociedad –en todo sentido; laboral, amoroso y todo–, que para un hombre trans. Ellos pasan más desapercibidos, son mucho más aceptados por la sociedad, como que no les dan mucho revuelo. Para nosotros, no, es difícil pasar más piola, es difícil encontrar un trabajo… Yo tengo la suerte de haber comenzado esto ya teniendo un trabajo, pero la mayoría no, y yo creo que la gente, la misma sociedad, hace que tengan pocas posibilidades de insertarse en el mundo laboral, porque las encasillan en el mundo de la prostitución, o de cosas muy bajas. Entonces sigue siendo difícil. Quizás no tanto como antes, pero sigue siéndolo.
¿Qué situaciones de discriminación has enfrentado tú?
Siempre lo pienso, y creo que hasta ahora ninguna que en realidad me haya afectado. Para mí lo principal es mi familia, tengo un grupo de amigos súper pequeño, y bien cerradito, y siempre están ahí. Así que hasta el momento te mentiría si te dijera que he vivido algún tipo de discriminación o algo; hasta el momento nada, nada de nada.
Cuéntame más de los espacios de acogida que has encontrado… me hablaste de la OTD…
La OTD es una organización que como te decía es a nivel nacional. La oficina central estaba acá en Rancagua, pero ahora se trasladó a Santiago. El que dirige todo esto es Andrés Rivera, un transexual activista, que es bien conocido, y otras personas, en su mayoría transexuales, que trabajan por los derechos que la gente como nosotras también merecemos. Trabajan con gente con VIH también, así que me da la sensación de que se preocupan de hartos ámbitos de las minorías. Porque en el fondo eso somos, somos la minoría dentro de la minoría. Es ahí donde yo he encontrado la mayor acogida en todo sentido, desde un principio, hasta ahora, ha seguido siendo así.
¿Cuál es tu opinión de las diferentes organizaciones que defienden los derechos de la llamada “diversidad sexual”?
Mi experiencia personal, como te decía, ha sido bastante satisfactoria; encontrar tantos beneficios dentro de esto. El hecho de que te gestionen todo, y que no tenga ningún costo para uno, es genial. De verdad yo no tenía idea que podía ser tan expedito todo. Por lo menos conmigo ha sido así.
¿Cómo los encontraste?
Empecé a averiguar, desde que me asumí y empecé a averiguar el tema, averigüé y averigüé, hasta que llegué a ellos. Ahí comencé a tener contacto con otra gente como yo, transexuales también, y fue genial, porque en el fondo una se siente sola, porque somos como te decía la minoría dentro de la minoría; súper escasas. Entonces genial, encuentras todo tipo de apoyo, psicológico, si lo necesitas…
Con respecto a lo que dices de “ser la minoría dentro de la minoría”… ¿sientes que existe una discriminación especial dentro de la gente LGTB hacia los trans?
Sí. O sea, como te digo, no me ha tocado vivirlo, pero sí hay más rechazo. Como que todos tienen ese prejuicio de lo más chabacano, te encasillan inmediatamente, sobre todo en el mundo gay, en la prostitución. En general, si tú te vistes de mujer, o eres transgénero, o transformista, o lo que sea, al tiro creen que te prostituyes. Entonces ese prejuicio siento yo que está súper arraigado.
¿Cuál debería ser el papel de la sociedad para acoger el proceso de identificación de cada persona con un género?
Creo que la sociedad no está preparada para algo así todavía. Las personas que tienen el valor de hacer lo que yo estoy haciendo están conscientes de que no vamos a salir al mundo y el mundo nos va a aceptar como si fuéramos una mujer heterosexual. Van a pasar muchos, muchos años todavía.
Me da la sensación de que hay una imagen y una naturalización de lo que debería ser una mujer “normal”. Desde tú punto de vista, ¿qué es ser mujer, y en qué se diferencia de esa imagen normalizada?
Para mí, ser mujer es sentir, más que nada. Si te sientes mujer, está bien. El prototipo de una mujer normal no va. El hecho de que el rosado sea de mujer y el celeste de niño no existe ni debería existir. Esa normalización de género no va conmigo.
¿Qué grupo social es más reacio a la diversidad sexual?
Creo que en todas partes hay gente ignorante al tema. Hay genta más abierta, pero no te sabría decir de qué estrato social. Tal vez la gente de estrato social más alto es un poco más abierta, tiene más mundo, pero he encontrado gente que te acepta y gente que te discrimina en todo tipo de persona, en todos los grupos sociales.
¿Sientes que los procesos como el tuyo son más fáciles o más difíciles, o que cambian de acuerdo al lugar social de donde vienen?
Es transversal. He conocido gente que viene de clases acomodadas y que “al momento de” la familia le dio completamente la espalda, y quedan a la deriva. Pasan a ser de la clase obrera, porque deben trabajar, porque hay que subsistir. La discriminación es más notable cuando estás en el proceso, como yo, en que no eres ni una cosa ni la otra. Porque yo me puedo sentir mujer, y todo lo que tú quieras, pero si lo vemos desde el punto de vista físico, no lo soy. Entonces estoy en un proceso de no ser ni una cosa ni la otra. Y ese proceso es más incómodo para uno mismo que para los demás, se produce una autodiscriminación. Uno no está conforme, uno quiere ser algo y sabes que en el fondo no lo eres. Es la parte más compleja del proceso, para todas; no sabes cómo vestirte, cómo salir, ni cómo te van a tratar. La etapa andrógina es la más compleja.
¿Cómo te imaginas que sería el proceso ideal en una sociedad ideal?
Que no te juzguen por la apariencia ni por nada. Hay mucha gente que no está trabajando en lo que realmente quiere, que tiene educación y tiene todas las facultades para desempeñarse en un buen trabajo y no le dan la cabida. Por el hecho de ser transexual, o porque de repente están en el proceso, la gente los estigmatiza. Mucha gente que tiene las capacidades para poder desempeñarse en el mundo cotidianamente, normal entre comillas, y no se les abren las puertas. Esa sería una mejora, a eso debería ir la sociedad, eso sería lo ideal. Poder trabajar, porque al momento de tener un trabajo, tienes poder adquisitivo, y en el fondo eso somos en esta sociedad. Tenemos que trabajar para poder vivir, y para poder construir lo que queremos. Y lamentablemente todo es dinero, entonces si no trabajamos, no tenemos nada. Si no tienes trabajo, ¿qué vas a hacer?
¿Cómo te ha ido en tu trabajo con respecto a esto?
Soy sumamente afortunada en esto. Los tratamientos, la cirugía, todo ha ido sumamente rápido. Conseguí cambios a nivel físico súper rápido en el proceso de remplazo hormonal. Y en el trabajo me fue fantástico. Yo trabajo en una empresa súper grande, trabajamos más de mil personas y tratamos día a día con miles de personas, entonces cuando lo comuniqué a mi jefatura fue sumamente inesperado. Me dijeron “no hay ningún problema, nosotros sabemos que tú trabajas bien, así que sigue trabajando normalmente”. Cuando me dejé crecer el pelo pensé que me lo iban a hacer cortar, y yo no quería informar todavía, hasta que todo fuera más concreto, pero al contrario, en la jefatura me dijeron que no había problema, y me dieron autorización para todo. Incluso me dijeron “si ahora mismo quieres cambiar de uniforme, el día de mañana te pasamos la falda, y te empiezas a cambiar en los camarines de mujeres”. Ningún problema en nada. De hecho, sin la exigencia del carnet de identidad, me dijeron “nosotros podemos cambiar tu nombre en la chapita de identificación”. No lo esperaba, pensé que el trato sería casi de acoso para que me fuera, pero fue todo lo contrario, fue una aceptación completa de parte desde la gerencia hasta mi jefe más directo. Todo el mundo en el casino lo sabe, mi grupo más cercano, mi jefatura. No todo el mundo, claro, como a ciencia cierta, pero saben por ejemplo que no me pueden decir nada si tengo el pelo largo, o que no puedo hacer mucha fuerza…
¿Cómo crees que está el estado de las cosas a nivel legal?
La organización también trabaja por que no exijan cirugías para el cambio de identidad. A los hombres trans se les exige la mastectomía para tramitar su carnet de identidad, nosotras necesitamos tener la vaginoplastía, y luchamos por que eso no sea así; basta con que uno sienta la necesidad de identificarse con otro género o con otro sexo, y ya es suficiente para el cambio de identidad. Tarda algunos meses después de la cirugía, pero pasas, por ejemplo en mi caso, a tener todos los derechos que tiene cualquier mujer en Chile, con todo, como poder adoptar, poder casarse, poder hacer completamente una vida de mujer.
¿Y los medios de comunicación?
El otro día vi una entrevista a la senadora van Rysselberghe y encontré que los periodistas estaban bastante bien informados. Claro, se trata de una entrevista más personalizada, pero se maneja bien. Sin embargo hay conceptos equivocados, porque cotidianamente se confunde el transgénero con el transexual, la identidad de género con la orientación sexual, todavía están todos ligados, confundidos; eso cuesta más que la gente lo entienda. Ser homosexual o lesbiana es bien diferente a ser transexual. Por ejemplo yo soy transexual y podría ser lesbiana a la vez, ser mujer y que me gusten las mujeres, y son cosas que la gente todavía no sabe separar y diferenciar.
Cuéntame cómo has vivido tu vida amorosa.
Es difícil. Cuando partí todo esto estuve muchos años pensando que era gay, y no encontré mucha cabida, nunca me sentí 100% cómoda en ese ambiente. No tuve muchas relaciones estables, y las que tuve fueron experiencias bastante negativas. De aprendizaje no más. Ahora es mucho más difícil. Lamentablemente el hombre hétero busca algo físico, todo entra por la vista, y eso vuelve todo más difícil, sobre todo para mí que como te digo estoy en el proceso. El hombre no es como la mujer que se fija mucho más en lo intelectual, en la forma de expresarse. El hombre, no, es más visual. Por ahora siento que no hay mucho atractivo como para que fluya una relación. Por ahora es algo que está stand by.
¿Alguna otra cosa que quieras compartir?
Algo muy importante para mí es mi familia. Cuando les conté fue chocante para ellos, y todavía lo es un poco, porque mi familia es cristiana, es evangélica, entonces es más difícil para ellos que para un ateo, o alguien de alguna otra creencia menos aprensiva. Ha sido súper difícil. No me rechazan, pero mi mamá todavía tiene fe de que se produzca un cambio; como todavía no me hecho la cirugía, espera que me llegue un remezón de cerebro que modifique todo, y que esta historia tenga un vuelco.
¿Tienes hermanos?
Tengo un hermano de 17, que es el que me sigue, yo soy la mayor, y no tengo contacto con él. Él es homofóbico acérrimo, tiene cero tolerancia, así es que no nos hablamos hace un año aproximadamente. Y tengo una hermana de 15 y con ella somos súper cercanas, conversamos, compartimos harto. Ella siempre supo, antes que mis papás. En un principio fue difícil para ella, pero ya pasó esa etapa y ya entendió todo. De todas formas creo que también tiene la esperanza de que no sean tan drásticos los cambios. Creo que nadie lo esperaba, mi papá no más lo esperaba. Pero a mi mamá y a mi hermana todavía les cuesta. Todavía me tratan como Moisés, yo creo que mi mamá nunca me va a tratar como Amparo. Pero para mí ya es suficiente que no me marginen, que no me aparten de la familia, de las navidades, por ejemplo. Porque tampoco puedo exigir tanto a la familia en un proceso así, si igual es difícil.
¿Por qué Amparo?
Lo elegí porque, como te digo, mi familia es cristiana, yo también lo soy, y son mundos totalmente contrapuestos. Las minorías no tienen mucha cabida en la iglesia, a menos que te exijan cambiar, que seas una persona “normal”. Yo pensaba en todas esas mujeres transexuales que ya hicieron su vida, que están casadas, que tienen familia, y en cómo a esa gente se les va a exigir un cambio, o que las hayan apartado de su religión, siendo que igual creen en dios. Pensé que me gustaría en algún momento llegar a trabajar con personas que tuvieran mi misma necesidad, la de elegir este camino que nos hace feliz, que estamos en paz, pero también tener la posibilidad de entender que podemos seguir siendo cristianos, que creemos en dios y seguimos su ley. Por eso pensé en Amparo, por toda esa gente que se siente sola, apartada de ese mundo. Para mí no es así, para mí seguimos siendo personas con los mismos derechos y valores, eso no cambia.
— — —
* Editora y traductora. Miembro del equipo editorial de Rufián Revista.
(1) Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad. http://transexualesdechile.org/
Comentarios
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Amparo.
No te imaginas como me sineto identificada contigo, sigue luchando que tú vida y tranquilidad espiritual son ante todo y una premisa. Yo nunca pude decidirme en mi juventud a pesar de ya haberme dado cuenta de mi sentir a los 10 años y ahora que soy una persona mayor he tomado conciencia de que ya es tiempo de vivir como deseo ser una mujer.
Saludos.
Vanessa Santys Ponce.
Eres un ejemplo para otras y otros que piensan que nuestro mundo es muy pequeño y nos auto dicriminamos y permitimos que algunos nos discriminen, pero existe muchas personas que nos entienden y nos apoyan. Tenemos que luchar por nuestra ley que sea amplia, no discriminatoria y nos permita una mejor inclución en Chile. Porque somos personas capaces inteligentes.