El silencio vulnerable frente a la ilegalidad

Testimonio de Alicia

Tenía 24 años, fue el año 2005, estaba en mi primera pega de media jornada en la que me pagaban lo justo para un par de gastos y movilizarme. Participaba en un grupo de investigación donde conocí a un chico de mi edad con el que tuve una relación no muy estable. Recuerdo que fue un periodo de transición entre la universidad y la vida laboral, y me sentía muy perdida e insatisfecha, ajustando las expectativas que tenía del mundo laboral, de la vida fuera de la universidad. Vivía aún con mis padres. Mientras me involucraba emocionalmente con este chico, él se alejó, no coincidimos. En uno de los encuentros que tuvimos descubrí que me embaracé. Recuerdo que usamos preservativo, pero él se quejó de que le molestaba y se lo sacó, no pensamos mucho los riesgos, asumo que fue un acto de mucha irresponsabilidad de ambos.

Cuando me enteré, nunca me sentí embarazada, supe que era algo que no podía ocurrir, que había que hacer algo. Cuando lo hablé con él estuvo muy de acuerdo, él ya había pasado por una experiencia similar y tenía un dato de un médico al que fuimos a ver, nos dio una cotización en un papel escrito, sin decirnos nada, salía $950.000 o algo así… para mí era una suma impagable. Le dijimos que habíamos considerado la opción de las pastillas, y nos dijo que si era así teníamos que actuar rápido, pero que era riesgoso pues podía salir mal. Yo había leído que existían riesgos, pero no tenía más opciones. Nunca me sentí presionada, compartimos la decisión, pues sabíamos que no estábamos listos para ser padres.

Fui incapaz de contarle a nadie más antes de, él le contó a un primo, pues en la casa de su primo que vivía solo fue donde finalmente realizamos el primer intento de aborto a través de pastillas.

Me hice el aborto con Misoprostol. Me coloqué primero cuatro pastillas que conseguimos por internet. Sangré esa noche pero no se concluyó el aborto. Estábamos en el departamento de su primo, que era muy pequeño, y me sentía muy incómoda pues sentía que molestábamos mucho. No pude dormir, estaba asustada. Él me acompañó, pero todo ese proceso lo dejó cansado, finalmente lo que pasó esa vez nos alejó totalmente. Tuve que repetir el proceso, y buscar otro contacto, pues los de la primera vez no me quisieron vender de nuevo, parece que se asustaron. La segunda noche no quise ir donde su primo y lo hice en mi casa, en mi pieza, sin contárselo a nadie, sola; bueno, con mis papás en la casa. Lo hice sin pensar mucho y al otro día hice mi vida normal, fui a trabajar, con un sangrado abundante, anduve decaída, sin muchas fuerzas. Cuando llegué a mi casa y fui al baño supe que había terminado, boté un coagulo un poco más grande.

Las cuatro pastillas me costaron $40.000 la primera vez. La segunda vez fue un poco menos creo, como $35.000. Elegí el único método que pude costear en ese momento. Sentí temor, porque no le había contado a nadie de mi familia y no sabía qué iba a hacer si se complicaba. Afortunadamente no fue así.

También sentí temor por las consecuencias legales, por eso no se lo conté a nadie, y no se lo he contado después a muchas personas. Primera vez que escribo esta historia. En el momento no le conté a nadie pero después de que pasó le conté a un par de amigas y con una de ellas me sentí juzgada. La verdad es que eso nos alejó y ya no somos amigas. La otra, también conservadora y madre, pareció sentirlo mucho, pero no me juzgó, nunca hemos hablado mucho de eso. Tiempo después le conté  al que ahora es un ex pololo, tampoco sentí que me comprendiera. Después de eso que he decidido no hablarlo con nadie, no me sirvió de mucho en verdad, al contrario, me sentía juzgada e incomprendida. Tal vez por eso cada vez recuerdo menos.

Después del aborto tal vez tomé más conciencia sobre el sexo sin protección. Fuera de eso, la verdad, es que siento que bloqueé las emociones. Fuera del susto no me arrepentí, no sentí culpa, tampoco tristeza, nunca lo asumí como un embarazo realmente. Tal vez sí me dio temor que tuviera consecuencias asociadas a no poder embarazarme a futuro, cuando sí estuviera lista. Afortunadamente tampoco fue así. De todos modos no fue una experiencia agradable.

Que el aborto sea ilegal influyó mucho en mí; en tener que mantener el silencio al respecto y en sentirme muy sola. No me arrepiento de haber abortado, siento que fue la mejor decisión en ese momento. Siempre he estado a favor del aborto, pese a venir de una cultura católica. Creo que los hijos deben venir cuando son deseados.

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