
María Graciela Acuña Flores*
Las siguientes páginas sitúan la importancia y la fuerza que han tomado las memorias de las violaciones de los Derechos Humanos en este año conmemorativo, dentro de un contexto político social intenso. También hacen referencia a algunos Sitios de memoria y Archivos de Violaciones a los Derechos Humanos, que contribuyen a fomentar este tipo de memorias de la historia reciente del país.
Podemos atribuir la fuerza que ha tomado la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado a dos grandes acciones. Por un lado, en estos últimos años, las memorias de las violaciones a los Derechos Humanos se han fortalecido, aunque para algunos teóricos este tipo de memorias dolorosas, traumáticas e intensas, más bien dividen a la sociedad chilena y, por lo tanto, “se constituye en una memoria débil”(1). Sin embargo, el nuevo escenario político ha contribuido a instalar este tipo de memorias en el centro de discusión, donde los movimientos sociales han tenido un rol importante al cuestionar el neoliberalismo, el modelo económico-cultural impuesto por la dictadura cívico-militar que violó sistemáticamente los derechos básicos de mujeres y hombres que lucharon y creyeron en la construcción de un Chile más igualitario. Son justamente estas memorias las que se han fortalecido en este nuevo escenario político. Se vuelve a oír en las calles las consignas de verdad y justicia, las que interpelan a la clase política, que ha heredado y profundizado lo impuesto por la dictadura. Vuelve a resonar en las calles que ya no se quiere la educación de Pinochet, en nuevas voces llenas de rabia, pero también de fuerza y convicción para cambiar lo impuesto por una de las dictaduras más sangrientas del Cono Sur.
Por otro lado, el recordar y transmitir estas memorias en charlas, foros y plenarios se ha tornado un ejercicio más cotidiano, rompiendo el cerco académico e instalando la historia reciente en distintos espacios que han invitado a la reflexión, con una serie de iniciativas que se están desarrollando en los distintos sitios de memorias, como Londres 38, Villa Grimaldi, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Casa de la Memoria “José Domingo Cañas”, Nido 20, Museo Neltume, Estadio Nacional, entre otros. Su propósito principal es difundir y preservar estas memorias, por medio de diferentes acciones, las que se inscriben en esta conmemoración.
Estos dos aspectos se unen con otras iniciativas que diferentes Archivos(2) estamos llevando a cabo desde algún tiempo, como es la sistematización y conservación de Archivos de Violaciones a los Derechos Humanos. Tal es la labor del Archivo Histórico FASIC(3), que cuenta con un importante acervo documental puesto a disposición del público: Procesos Judiciales, como La Operación ALBANIA, Villa Baviera, Víctor Jara, Paine, entre otros; Cuadernos de Trabajo, realizados por los profesionales durante la dictadura; Informes de represión, de presos políticos, de relegación; fotografías; videos; entre mucha otra documentación. Pero sin duda, es la serie Testimonio, la que me gustaría destacar en estas páginas.
Los documentos de la serie Testimonio se encontraban en cajas, sin ningún tipo de clasificación y preservación. Estos son resultado del Programa Médico Siquiátrico (PMS), que comienza a funcionar en el año 1977 a instancias de las psiquiatras, doctoras Fanny Pollarolo y Paz Rojas, quienes diagnosticaron “ya a fines de 1973… la necesidad de dar apoyo emocional a la gente”.
En septiembre de 1977, se abre a la comunidad el PMS, al cual “la gente no tardó en llegar, demostrando que la necesidad de una atención terapéutica era real y urgente”(4). Este Programa prestó ayuda a aquellas personas que sufrieron la represión del Estado, que sintieron el imperativo de contar sus experiencias traumáticas, su dolor, su rabia, penas y miedos “como si fuera una necesidad para sobrevivir”(5). Y fue el PMS de FASIC quien prestó oído a esta necesidad imperiosa de contar, en tiempos donde la censura y el miedo rodeaba a la sociedad chilena. Se elaboraron más de dos mil testimonios. Entre ellos, se encuentran Informes Sociales, Cartas, Calugas(6).
El valor de este tipo de documentos es que nos relatan hechos acaecidos en un contexto social en desarrollo. En otras palabras, estos testimonios son relatados por personas insertas en la dictadura, pues la mayoría fueron dados a días, semanas, meses o a pocos años de haber sufrido la represión. Por tanto, la subjetividad que contienen es profunda.
Los Testimonios FASIC, que se elaboraron en un contexto de dictadura, se diferencian de otras memorias recogidas en testimonios entregados en el contexto de la democracia, que fueron elaborados en un acto “dialógico del presente”(7), es decir, existió un otro que escuchó las experiencias vividas. Estos testimonios presentan toda una problemática y debate dentro de la historiografía –aún no resuelta– y tiene que ver con la subjetividad que contienen, al ser fuentes orales. Estas “no son nunca anónimas e impersonales…, por cuanto la narración y la memoria pueden contener materiales compartidos con otros, los que recuerdan y cuentan son siempre individuos singulares”(8). Es por ello que en los relatos podemos hallar errores, omisiones, silencios, que no encontraríamos en fuentes escritas, ya que esta subjetividad también se torna memoria, que es el elemento clave para aportar a la reconstrucción del pasado reciente y quizás, solo quizás, comprender qué fue lo que nos pasó durante la dictadura. Estas narraciones relatan la vida cotidiana; cómo fue la vida en la cárcel; cómo fue el exilio y el retorno a un Chile diferente; el dolor de la tortura; el aislamiento de la relegación; pero también, las esperanzas, las luchas por derrotar la dictadura.
Es así que estos testimonios, por su valor terapéutico, por el estatus de denuncia y como un mecanismo de reapropiación político-social, permiten introducirnos no solo en un período poco conocido, del que para muchos es mejor no hablar, sino que nos aproximamos a conocer los cambios, transformaciones, mutaciones de los sujetos, durante la dictadura. Este Archivo aporta a la batalla contra el olvido y la reconciliación, y transporta al presente un pasado que para muchos es negado y para otros es incómodo.
Así, la importancia de trasmitir estas memorias radica en que permiten elaborar lo vivido en el pasado, el cual solo puede ser traído al presente por medio del recuerdo. Este ejercicio nunca es individual, pues lo que recordamos siempre es colectivo, hay un otro con nosotros, un contexto. Estas memorias, frente a hechos traumáticos, presentan silencios y olvidos (esta acción es involuntaria en oportunidades); sin embargo, como sociedad no debemos permitir que se torne habitual. Del mismo modo, para superar el trauma que se generó, el cual no se asila en un aspecto fisiológico, sino que implica un planteamiento complejo, pues involucró a un importante grupo de chilenos, no debe entenderse como una experiencia individual unívoca. Aunque el objetivo fue la paralización y el exterminio de mujeres y hombres, el trauma también abarcó el entorno más cercano de las personas. Y de allí surge el compromiso de promover, debatir y construir espacios, para que estas memorias circulen, dotarlas de nuevos sentidos y no paralizarnos en conmemoraciones.
Si bien es cierto que las iniciativas presentadas han fortalecido estos últimos años a estas memorias, debemos tener en cuenta que los juicios y las políticas de memorias en Chile se encuentran estancadas, en el sentido de que no hay voluntad desde el Estado para agilizar los juicios y discutir en el Parlamento nuevas políticas públicas que tengan vinculación con el rescate de las memorias. Hasta hoy, en las escuelas no se da espacio en el Currículum para una pedagogía de memoria, que aporte a conocer el pasado reciente e invitar a pensar un proyecto alternativo de sociedad, donde la solidaridad sea lo cotidiano y no lo individual, donde la participación política no se censure ni criminalice, sino que sea parte de la construcción social, como sujetos.
Espero que esta conmemoración ocupe todos los espacios posibles y que no se suscriba solo a unos meses, sino que se llame a un ejercicio constante de reflexión, materializándose en acciones concretas, que posibiliten presionar al Estado para que se posesione de las responsabilidades políticas que le caben hoy.
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* Magíster en Historia, Universidad de Chile. Desde 2007 trabaja en Archivo Histórico FASIC. Es co-investigadora del Proyecto FONDART Folio 7357, Habitando el Montijo Sur. Historias de Vida de Mujeres Pobladoras. Fondo Patrimonio Inmaterial. Participa en la Red de Archivos de Derechos Humanos y Memoria.
(1) Citado por Nancy Nicholls, de acuerdo a lo estipulado por Enzo Traverso, quien escribe en un momento en que estas memorias se consideraban subalternas, sin gran presencia en la opinión pública. Presentación Proyecto Archivo Testimonial de la Representación Dictatorial. Ediciones FASIC. 2008.
(2) El Archivo Oral de Villa Grimaldi, el Archivo Digital de Londres 38, el Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, el Archivo de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, entre otros.
(3) Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas. Nace en abril de 1975. Durante la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet, trabajó denunciando las violaciones a los Derechos Humanos y defendiendo a las víctimas, prestando tanto asesoría legal, como ayuda social y terapéutica.
(4) Garcés, Mario y Nicholls, Nancy. Para una historia de los DD.HH. en Chile. Historia institucional de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristinas, FASIC, 1975-1991. Ediciones LOM, Santiago de Chile, 2005, p. 17.
(5) Jelin, Elizabeth. Memorias de la Represión. Ediciones Siglo Veintiuno, Argentina, Buenos Aires, 2002-2006, p. 15.
(6) Notas de papel, de diminuto tamaño, que las y los Presos Políticos sacaban de la Cárcel, en forma clandestina, a través de sus familiares, amigos, abogados y trabajadoras sociales.
(7) Alessandro, Portelli. La orden ya fue ejecutada. Roma, las Fosas Adreatinas, la memoria. En: http://www.pais-global.com.ar/biografias/portelli.pdf, p. 12.
(8) Ibíd. 10
Bibliografía:
– Jelin, Elizabeth. Memorias de la Represión. Ediciones Siglo Veintiuno, Argentina, Buenos Aires, 2002-2006
– Garcés, Mario y Nicholls, Nancy. Para una historia de los DD.HH. en Chile. Historia institucional de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristinas, FASIC, 1975-1991. Ediciones LOM, Santiago de Chile, 2005.
– Nicholls, Nancy. Presentación Proyecto Archivo Testimonial de la Representación Dictatorial. Ediciones FASIC. 2008.
– Portelli, Alessandro. La orden ya fue ejecutada. Roma, las Fosas Adreatinas, la memoria. En: http://www.pais-global.com.ar/biografias/portelli.pdf
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